Contactan a estudiantes chinos, les convencen de que están en peligro y les hacen grabar su propio secuestro para pedir un rescate a sus familias en China. Así es el modus operandi de bandas de delincuentes en Canadá, que tienen en alerta a la policía del país.
“¡Mamá, mamá me asaltaron!”, grita una voz desesperada al otro lado del teléfono. Cada vez más frecuente recibir una llamada telefónica de este tipo, sobre todo en medio de la noche. Son los denominados secuestros virtuales.