Un grupo de jóvenes apuesta a la educación para mejorar la condiciones de vida de una comunidad secoya. El proyecto se lleva a cabo en Mañoko, un pueblo con una ubicación estratégica, ya que se encuentra en la frontera entre Ecuador y Perú. Allí habitan alrededor de ocho familias, que se dedican sobre todo a la caza y a la agricultura, pero la falta de una escuela era uno de sus principales problemas.