“Asegúrese de llamar al señor Lodsdail para que sepa que no puede trabajar y dónde estoy”. Estas fueron las últimas palabras de la última llamada de César Quirumbay a uno de sus hijos. Estaba hospitalizado y sucumbió el 20 de abril del 2020 en Nueva Jersey.
Entre puestos de trastos, ropa, comida, libros y más, a las 08:00, Julio César Peñaherrera, de 84 años, levanta la puerta de su pequeña sastrería, ubicada en la plaza Arenas, en el Centro de Quito. Es una de las pocas personas que busca mantener vivos los antiguos oficios de la capital.