El gusto por los sabores tiene relación con la genética. Los genes determinan la percepción que tenemos de lo salado, lo dulce, lo agrio, lo amargo y el umami (que resalta lo sabroso en el paladar).
No habrá más sabor ni color artificial en Butterfinger, Babe Ruth ni en cualquier otra golosina de chocolate de Nestlé en Estados Unidos porque los estadounidenses lo quieren así, informó la compañía suiza este martes, 17 de febrero.