Ximena Valdez camina todos los días cuatro cuadras para llegar al parqueadero municipal de San Blas. Está ubicado en la av. 10 de Agosto y Francisco Caldas, en el Centro Histórico. Ella trabaja en la Guayaquil y Oriente.
En las noches retira su carro a las 20:00. Su ruta es por la calle Guayaquil porque sabe que la Caldas es desolada e insegura.
En el trayecto se encuentra con borrachos, mendigos y delincuentes, quienes acostumbran a pedir dinero a los transeúntes.
Ella, por dos ocasiones, ha sido víctima de robos. “Una noche, en la puerta del parqueadero me quitaron la cartera”, recordó.
Por eso prefiere caminar siempre acompañada. Para Valdez, hace falta más iluminación y vigilancia en las calles. porque en la noche no hay policías ni guardias de seguridad. Los locales comerciales están cerrados.
Geovani Colcha, otro usuario del parqueadero, coincide con Valdez. Él tiene su oficina por el Teatro Sucre, a unas cinco cuadras de distancia.
Para él, es común ver en las calles del Centro a personas que liban o duermen en las aceras.
Colcha ha sido testigo de asaltos. Una noche vio cómo a un joven le quitaron todas sus pertenencias. “Yo me salvé por suerte. No hubo a quién pedir auxilio”.
En el Centro Histórico hay seis parqueaderos municipales. El Montúfar I es uno de ellos, está situado en la Antonio Bustamante entre la Olmedo y Mejía, sector de La Marín.
Este parqueadero funciona las 24 horas, pero desde las 22:00 los guardias privados cierran las puertas por seguridad y custodian solo el interior.
Uno de los guardias comentó que en la calle Bustamante ocurren robos y asaltos a diario. Para él es preferible no transitar por allí desde las 21:00 porque hay personas que se ubican en el parque, que está a media cuadra y abordan a todo el que pasa y luego se esconden bajo el puente que hay por el sector.
Otro de los vigilantes contó que en las noches escucha entre cuatro y cinco pedidos de auxilio.
A su compañero le robaron el celular en la puerta del estacionamiento. Le apuntaron con un arma. “No podemos hacer nada de la puerta para afuera”, dijo.
Pero son pocos los que denuncian. Según cifras del Observatorio de Seguridad Ciudadana, en lo que va del año se han denunciado cuatro delitos. Los usuarios como Marco Bolaños optan por ir acompañado a recoger el carro. “Si voy solo me asaltan”.
El Cadisán, ubicado en la Mejía y Benalcázar, es utilizado en las noches por visitantes que acuden a sitios turísticos como La Ronda, en el sector de Santo Domingo. Adriana Carvajal llegó al parqueadero la noche del lunes. Contó que en el trayecto por la Guayaquil no vio un solo policía, que había tramos oscuros y personas sospechosas en las esquinas. “Da temor venir al Centro”.
Alejandra Vásquez acostumbra a asistir a actos culturales y exposiciones en el Museo de la Ciudad. Ella prefiere tomar taxi para retirar su carro del Cadisán, que está a tres cuadras.
Carlos Chango usa dos veces por semana este parqueadero por cuestiones de trabajo. Él camina unas cuatro cuadras hasta la Venezuela y Espejo. Lo que más le preocupa es la poca iluminación que hay en la García Moreno.
El policía Carlos Pazaña informó que realizan patrullajes permanentes por el Centro Histórico. “No estamos en un solo sitio”.
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