En medio de 40 hectáreas de bosque se construyó el lugar perfecto para desconectarse de la ciudad. Construida a mano y en mingas, con adobe y piedras de la zona, la hacienda Rumiloma cuenta a sus visitantes muchas historias gracias a las antigüedades que guarda y que conforman cada espacio como parte del mobiliario y de la decoración.
La arquitectura verde o ecológica gana espacio de forma exponencial. La ecología concibe a la casa como un microsistema en interacción con el ecosistema más amplio, la Tierra; la ecoarquitectura busca recuperar esa fusión, rota por la utilización masiva de las nuevas tecnologías.
Un camino de piedra permite el ingreso al barrio La Moca, en la parroquia de Rumipamba (cantón Rumiñahui). A los lados de esta vía se observan los campos verdes y los caballos trotando: solos o con su jinete al mando. También hay sistemas de riego para las plantaciones, casas y haciendas. Algunas de estas mantienen su diseño campestre con techos de zinc y tejas. Otras son de corte moderno.