El Ayuntamiento de Madrid ha denegado la demolición de una casa en el popular barrio de Vallecas que fue inmortalizada por el fotógrafo Robert Capa durante la Guerra Civil y cuyo propietario quería echar abajo.
Desde fotografías en blanco y negro de la Guerra Civil española a temas más ligeros, como retratos de enamorados. Todo eso se recoge en la primera muestra permanente del mundo dedicada al legendario fotógrafo Robert Capa, que fue abierta hoy (28 de junio de 2017) en Budapest.
La fotografía no pudo ser más patética: se trata de que la cámara captó el momento mismo de la muerte, ni una décima de segundo antes ni una décima de segundo después; el proyectil atraviesa la cabeza, la frente de Teurel, durante una de las batallas decisivas y finales (la del Ebro) de la feroz guerra civil española (1936-1939).
Decir Robert Capa es igual a decir corresponsal de guerra. Una profesión que ha sido idealizada: heroica e inalcanzable. Pero la realidad la asienta en un mundo de sombras. Capa, el más prestigioso reportero gráfico de conflictos y cofundador de la agencia Magnum, murió en su lugar de trabajo, un campo de batalla. Fue en la guerra de Indochina, en 1954.