Narcisa Guangasi realiza una limpia en el mercado. Foto: Glenda Giacometti/EL COMERCIO
La renovación de energías en el hogar y los baños ancestrales de la prosperidad se pueden realizar por inicio de año. Estos rituales no necesitan de la ayuda de los yachaks o sabios.
Según Rafael Chiliquinga, investigador de Salasaka, las personas adultas pueden realizar estas prácticas milenarias de los pueblos andinos.
El estudioso, de 45 años, explica que la persona que va a hacer la renovación de las energías en el hogar debe tener una actitud positiva y respeto por el entorno que lo rodea. Además, creer en los elementos de la Pacha Mama o madre naturaleza, como el fuego, la tierra, el agua y el viento.
La limpieza de las malas energías de la casa, oficina o el lugar donde trabaja es posible hacerla de tres maneras. La sanadora Narcisa Guangasi dice que la persona debe tener un atado de hierbas que incluya sauco, marco, eucalipto, címbalo, santamaría, cerro yuyo, ruda y otras plantas curativas.
Estas plantas se consiguen en el campo o en el tercer piso del mercado Modelo, ubicado en el centro de Ambato. En el centro de expendio se comercializan todos los días los atados de plantas medicinales, jabones para la buena suerte o para atraer el amor, colonias y otros productos esotéricos. Además, se realizan limpias para el malaire, mal de ojo, espanto, de purificación y otras enfermedades espirituales.
Guangasi explica que la limpia de la casa debe iniciarse en la terraza o habitación hasta la puerta de ingreso. “Mientras se barre de manera simbólica se debe ir rezando un padrenuestro e indicar que esta actividad es para traer prosperidad, bendiciones y el cuidado a su hogar”, sostiene la curadora.
Otra forma de limpia es rociar agua bendita por todos los rincones de la casa con el chagrillo o pétalos de rosas. La persona debe vestir alguna prenda de color blanco y rezar un padrenuestro o una avemaría, al continuar con la bendición de la casa.
El ritual para renovar energías debe acompañarse con la quema de incienso, palosanto y azúcar, en un recipiente de barro. La vecina Amelia Robalino indica que al quemar estos productos, el hogar quedará con un agradable olor.
Para finalizar el ritual, se coloca en un recipiente de barro o en un florero un atado de plantas de ruda. El producto debe ser colocado en la parte trasera de la puerta de ingreso a la vivienda.
“La energías negativas no podrán ingresar a su casa con el uso de estas plantas, que se las encuentra en el páramo. El atado de ruda cuesta 50 centavos”, asegura Robalino.
La renovación de las energías también incluye el cuerpo. Para eso se realiza el denominado baño con hierbas dulces. Robalino, de 56 años, cuenta que una de las maneras es “recolectar” los pétalos grandes de las rosas y flores.
Estas se recogen en los parques, avenidas y otros sectores de la urbe. Las corolas deben ser hervidas en abundante agua. Esta infusión de flores se utiliza en el último baño de la persona. “El hombre o mujer debe lucir prendas nuevas en los primeros días del año. El rito le renovará las energías y tendrá mucha prosperidad”, asegura Robalino.
Otro de los baños sagrados para iniciar el año es el del florecimiento. Los habitantes de la comunidad de Salasaka lo practican en las fiestas ancestrales. Chiliquinga asegura que este baño sagrado se hace con las 15 hierbas ancestrales que hay en el páramo.
Entre las plantas están: cedro, vara de la justicia, hoja de plata, tigrecillo, cedrón, hierbaluisa, menta, orégano claveles, rosas y otras.
Chiliquinga cuenta que todas estas hierbas tienen que ser hervidas en un recipiente grande. En los últimos cinco minutos se añaden la miel de abeja, las uvas y manzanas. En el espacio donde se realiza el baño es recomendable colocar velas de colores rojo, amarillo y blanco.
“La persona debe bañarse con toda esta preparación ancestral, para renovar las energías. El cuerpo quedará impregnado con un olor agradable y usted sentirá la renovación de las energías”, asegura Chiliquinga.