La salud, a la que hasta cuando se estornuda se la menciona, podría quedar en simple añoranza, si se aprueba el proyecto de nueva Ley de Seguridad Social. De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 32 de la Constitución, "la salud es un derecho que garantiza el Estado". No sé hasta qué punto esta disposición se respete si al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social se lo deja prácticamente fuera del juego. En la normativa propuesta, la aportación del 13,15% que los afiliados entregarían a la seguridad social pública, se la destinaría, fundamentalmente, para atender los servicios de invalidez, vejez y muerte, no para cubrir los riesgos de enfermedad. Esto significaría que se abandona la protección de la salud, tema prioritario en una población joven como la ecuatoriana a la que hay que cuidar.