En el restaurante de Carmen Tituana, todas las sillas están sobre las mesas. “Es para que no se llenen de polvo”, dice. Son las 10:30 y en su local no hay ningún cliente. Con paciencia prepara los alimentos para el almuerzo, aunque en menor cantidad que hace dos semanas.
Ayer, se cumplió la primera semana de los trabajos de rehabilitación de la calle Flores. Sobre la vía hay ripio y arena, que serán utilizados para cimentar la base sobre la cual se colocará el nuevo pavimento. El pavimento deteriorado, entre la calle Bolívar y la Mejía, ha sido retirado.
Tituana calcula que las ventas en su local bajaron en un 60%. De los cerca de 80 clientes que atendía a diario en su local, en la última semana se redujeron a casi 30. “Tengo que pagar arriendo, servicios, víveres y empleados. Si el negocio sigue bajo, no sé cómo voy a terminar este mes”.
La misma preocupación tiene Verónica Espín. Ella atiende un local de maletas y mochilas estudiantiles. Explica que la temporada fuerte de ventas empieza en agosto. “Si los trabajos no terminan antes, se puede perder lo que se invirtió en la mercadería”. Mientras espera que algún cliente entre a su local, ella se ocupa en guardar las mochilas en fundas plásticas para evitar que se ensucien y se llenen de polvo. En su local, las ventas bajaron en un 50% en la última semana.
El acceso para los clientes y proveedores ha sido uno de los principales problemas para los comerciantes de la zona. “Antes nos dejaban el pan en la puerta del local. Ahora llega un poco más tarde porque el encargado tiene que llegar a pie”, comenta Elsa Palomo, quien administra un local de comidas en la Flores y Sucre.
Desde que comenzaron los trabajos, el número de clientes en su negocio también se redujo a la mitad. Por eso, dejó de comprar la misma cantidad de víveres y productos para su local. “Hay que mantener las cosas en la refrigeradora y en fundas para que no se dañen por el polvo”.
En otros locales, como en el de Johanna Cruz, se optó por cubrir la entrada con plásticos para evitar que entre mucho polvo. En el caso de Rogelio Túqueres, quien fabrica guitarras y comercializa accesorios, la limpieza de los instrumentos se realiza a diario. “Los clientes fijos son los que aún vienen. Las ventas bajaron en un 70%”.
Eduardo Cevallos, vecino de la calle Flores, asegura que el mal estado de la vía demandaba una reparación urgente. Desde la noche del domingo, hubo un corte en el servicio de agua potable en su domicilio. “Una máquina pasó rompiendo la tubería”. Ayer, personal de la Empresa de Agua Potable trabajaba en la reparación.
En su garaje estaba estacionada una camioneta con la que solía ir al trabajo. “Ahora toca ir en trole hasta que rehabiliten”. Para bajar las altas aceras y cruzar la vía, Zoila Freire pide ayuda. Su edad no le permite movilizarse fácilmente, pero asegura que las incomodidades serán temporales.