Un olor a cangrejo, pescado y almejas se apodera de las calles de Nayón, al norte de Quito, todos los viernes por las noches. Varios locales de comida a lo largo de la calle Quito y sus intersecciones abren sus puertas a los clientes desde las 18:00. Los platillos son variados pasando por un pescado frito hasta el “súper combo” compuesto por cangrejo, almejas y ensalada de tomate y cebolla.
Mientras algunas personas hacen filas en las paradas de buses para ir a sus casas y descansar, después de un día de trabajo o estudios, otras empiezan a laborar desde las primeras horas de la noche. Estos trabajadores nocturnos tienen horarios que finalizan a la madrugada e incluso son de 24 horas. Todo esto dependen de las actividades que realicen.
Las 19:00 se ha convertido en la hora perfecta para salir a pasear con las mascotas. Los parques como La Carolina, en el norte de Quito, se llenan de perros con sus dueños que salen a hacer deporte o simplemente a caminar en familia después del trabajo o las clases en la universidad o colegio.
Su trabajo consiste en abordar a parejas y grupos que transitan por la plaza Foch y sus alrededores en ‘La Zona’, el área turística de La Mariscal, en el centro-norte de Quito.
La luz de una pequeña linterna colocada en un cintillo sobre la cabeza es una de las marcas del Club Energizer. La noche del lunes 4 de mayo del 2015, el grupo formado por más de 30 mujeres y hombres, de entre 25 y 40 años, entrena como es habitual, en el parque de La Carolina, en el hipercentro de Quito.
Son las 21:00, y es casi imposible transitar por la calle Isabel La Católica, entre las calles Madrid y Francisco Salazar, en el centro norte. La razón es la salida de los estudiantes universitarios de los tres centros de estudios superior aledaños.
Un poncho de agua, tres pantalones térmicos y cuatro chompas gruesas protegían del frío y de la lluvia a Manuel Torres. Ayer, 30 de marzo, se lo veía dando vueltas en medio de un aguacero, iba de un lado a otro pisando los charcos de agua con sus botas de plástico y cubierto su cabeza con el casco de una moto. “Si me quedo quieto me voy a morir de frío”, dijo.
Las fiestas, el ambiente, y la vista que ofrece Guápulo han hecho de este lugar el sitio preferido de quienes desean disfrutar la noches capitalinas rodeados de música y amigos.
Con o sin neblina, uno de los principales atractivos de cuatro negocios en el Camino de Orellana, en Guápulo, son sus terrazas. Desde allí se puede contemplar totalmente o a medias el valle de Tumbaco, mientras se toma un vino hervido o un canelazo, en la compañía de amigos y con música de fondo. El Café de Guápulo, el Palo Santo, el Ananké y el Mojigato son las opciones.
Solo basta poner un pie en cualquier calle de la zona de bares, restaurantes y discotecas en La Mariscal para que las invitaciones para pasar una noche divertida en alguno de ellos abunden. Los jóvenes ofrecen a la gente promociones de combos de cerveza o 2x1 en cocteles y tratan de convencerla para entrar al lugar para el que trabajan.
Recorrer el parque de Guayllabamba, El Quinche, Tumbaco, Nayón y otras poblaciones rurales de Quito un martes por la noche puede ser un paseo solitario. Pero en Cumbayá, el panorama es distinto.
Por las noches, algunos ciudadanos de Quito toman un descanso de su rutina y se dirigen a cenar en uno de los restaurantes del Parque de Cumbayá. La orferta gastronómica del lugar junto con el ambiente tranquilo hacen que esta zona cobre vida por las noches.
Es la ‘regla’ entre los ecuatorianos. Dejar todo para el último. Los empleados del Centro de Matriculación Bicentenario, en el norte de Quito, lo saben bien. Ese complejo, en la zona norte del exaeropuerto Mariscal Sucre, atiende 14 horas al día, entre las 07:00 y las 21:00, de lunes a viernes. Pese al horario, los usuarios esperan hasta los últimos días del mes para hacer los trámites.
17:00. Es la hora pico en la estación La Y del sistema Trole. El andén se llena de usuarios; cada dos minutos llegan los articulados que van hasta la estación El Recreo. Pero no son las nuevas unidades que hoy 5 de marzo del 2015 inauguró el alcalde Rodas.
La falta de transporte y la inseguridad son los principales problemas que enfrentan los universitarios cuando se dirigen a sus domicilios, en horas de la noche. Es parte del sacrificio de quienes cursan sus carreras en horario nocturno.
Mientras la ciudad duerme, una escuadra de trabajadores limpia los túneles de tránsito vehicular de Quito. Es un grupo conformado por 27 personas que hace el mantenimiento de estas estructuras una vez al mes. La contaminación concentrada dentro de estos túneles es uno de los mayores problemas que enfrentan.
Con un atardecer de fondo e infinidad de luces diminutas, una joven pareja se abrazaba amainando el frío de la capital. Patricia Toapanta y Ricardo Maldonado, ambos de 33 años, miraban el paisaje irregular del valle de Los Chillos, en el Mirador de La Argelia. Ellos fueron la única pareja que salió de su vehículo en la tarde y noche del viernes para admirar la vista panorámica del valle de Los Chillos.