En el ‘Canto a Bolívar’, la mayor épica fundacional de las “naciones latinoamericanas”, José Joaquín de Olmedo rescata la figura del inca Huayna Cápac, quien aparece como enlace entre el pasado -la civilización inca- y el futuro -las repúblicas nacientes-. Desde el cielo, como si se tratara de un dios griego, el Inca exclama: “¡Oh pueblos, que formáis un pueblo solo/ y una familia, y todos sois mis hijos!/ vivid, triunfad…” A Simón Bolívar le fastidió la imagen. “El Inca Huayna Cápac parece que es el asunto del poema: él es el genio, él es la sabiduría, él es el héroe, en fin”, le escribió a Olmedo en 1825.
Advertencia: esta nota, su aceptación, su rechazo o la duda, es una cuestión de fe. La única regla del juego… Escena de la vida cotidiana. Un niño que ha hecho una travesura es puesto en penitencia. Le molesta, porque le han interrumpido sus juegos. Pero sabe que esa penitencia durará un rato, y pronto será liberado del castigo. Ha vivido una situación transitoria. Sólo eso...