El país está expectante ante el desarrollo de la pugna que mantienen el Ejecutivo y el Legislativo por el tratamiento de la Ley de Creación de Oportunidades, el gran proyecto del Gobierno Nacional, con el que piensa mitigar la crisis sistémica del Ecuador.
Es una pugna puesto que el Ejecutivo acudió al Palacio Legislativo para entregar el proyecto y, así, mostrar la urgencia para llegar a los objetivos de su Plan Nacional de Desarrollo. El proyecto pasó al Consejo de la Administración Legislativa (CAL).
El CAL es uno de los primeros filtros previstos en la Ley de la Función Legislativa. Allí se planteó el primer escollo que marcaría el inicio de la contienda. Una unidad técnico-jurídica se encarga de hacer un análisis de constitucionalidad de la normativa propuesta. Su veredicto: la ley no es viable según su apreciación.
Por más argumentos de que es un criterio no vinculante, el informe de la Unidad Técnica Legislativa marcó en la práctica una acción política y el inicio de la pugna entre funciones del Estado. ¿Es realmente una apreciación técnica? ¿Es una acción política? ¿Cuál es la ideología de los miembros de la unidad jurídica del CAL?
Los escenarios de votación en el CAL, ante este criterio de esa instancia jurídica, avizoraban un empate de tres asambleístas a favor y otros tres en contra. Así, lo que parecía que se dirimiría por un solo voto, el de la segunda Vicepresidenta de la Asamblea, terminó con la toma de posición de la bancada de la Izquierda Democrática, contraria a lo que habían manifestado sus parlamentarios más mediáticos, que era apoyar al Ejecutivo. La Vicepresidenta tampoco apoyó al Gobierno y sumaron cinco votos para devolver la Ley.
La pugna era previsible. A primera vista no hay opciones ante este escenario, que no permite un debate en las comisiones y en el Pleno; y el que tiene las de ganar es el Legislativo. Pero su victoria es dejar al Ejecutivo sin opciones y eso no es democrático.
Si el Gobierno se mantiene en que su ley es constitucional, se ahondará esta punga agria e inconveniente. Mientras tanto, la crisis económica se profundiza y no perdona.