Cuando se trata de fiestas grandes, según la política de propinas del restaurante, los propietarios deciden cómo manejan o reparten el dinero.
Tras finalizar la cena, el cliente se dirigió a los cocineros y camareros del local para agradecerles el esfuerzo realizado en estos duros tiempo de pandemia y su lealtad al negocio.
Un hecho poco habitual y gratificante para los empleados del restaurante The Stumble Inn ocurrió en la localidad de Londonderry, en New Hampshire, EE.UU.
No fue en China, ni Tailandia, ni Brasil o Estados Unidos, donde suelen ocurrir casos. El increíble y hasta anecdótico caso ocurrió en el barrio Villa Javier, en el sur de Bogotá, Colombia.
Un hombre dejó una propina de USD 10 000 en un restaurante en Florida, en Estados Unidos, que los 20 trabajadores del local se distribuyeron en partes iguales. Al día siguiente, la crisis del coronavirus forzó a la cadena a cerrar y todos fueron despedidos.
Yuki Tatsumi era camarero en una taberna japonesa de Kioto cuando un día se vio sorprendido por el objeto que un cliente dejó en la mesa, un sobre de papel para los palillos plegado de forma abstracta. Y fue así como nació una colección de 15 000 piezas de origami.
Una mujer dejó una propina de USD 900 a una camarera de un restaurante en Phoenix (Arizona, EE.UU.), acompañada de una nota en la cuenta en la que decía que era "dinero que Dios le había dado" para dárselo a ella, publicaron el lunes 26 de diciembre medios nacionales.
La escena se repite una y otra vez a lo largo de los años y alrededor de todo el mundo. Vacaciones, restaurante, cena y alguno de los comensales suelta la pregunta: "¿Cuánto hay que dejar?" Miradas perdidas, tensión y un problema que tardará minutos en resolverse. La propina es uno de los principales hábitos del turista en sus vacaciones y, sin embargo, aún no adquirió un lenguaje universal.
Desde que la historia de la camarera Sadie Elledge se hizo viral, ha conseguido mucha atención. Fue entrevistada por la prensa y ha recibido cientos de mensajes de apoyo, tanto de anónimos como de celebridades.
Al final de la comida, la camarera trae la cuenta y tacha el espacio generalmente reservado a las propinas en Estados Unidos: en el restaurante Riki en Nueva York, se anima a los clientes a romper la tradición y no dejar dinero extra.