Hoy, día festivo, dedicado al trabajador, a todos aquellos que en diferentes campos dan lo mejor de sí para el adelanto de empresas e industrias y, por ende, del país.
No se puede ocultar la realidad todo el tiempo. Peor maquillar la preocupación ciudadana con una propaganda gubernamental que dispara hacia todas las direcciones sin dar en el blanco.
Entre las expresiones que hoy pronuncian los funcionarios hay una que muestra que lo suyo es estar firmemente parados sobre las nubes, allá, arriba, a veces demasiado lejos de la vida real.
A propósito de una biografía de Hitler que estoy leyendo, me puse a pensar en la coyuntura actual del Ecuador y a yuxtaponer la situación histórica del manejo de la propaganda durante el nazismo. El gobierno de los nacionalsocialistas, el Tercer Reich, no se hubiera gestado sin la propaganda de envergadura colosal que difundió y, convenció, de la demagogia hitleriana recalcitrante, aún, en 1945, cuando el gobierno del Führer se caía a pedazos. Cuando existe un aparato estatal propagandístico encargado de transmitir al pueblo informes inciertos, rendiciones de cuentas dudosas; encargado de sostener la figura de un “líder”, que trata de eliminar el pluralismo, desacreditando con ofensas y escarnio, sin asidero intelectual, con el objetivo de manipular la opinión pública, imponiendo la verdad del oficialismo, a través de propaganda política incesante y desmesurada, el Gobierno de ese Estado se encuentra condenado a la debacle.
Entrevista Decio Machado/ Sociólogo, exasesor de la presidencia Usted fue parte del Gobierno como asesor del presidente Rafael Correa en sus dos primeros años en la Presidencia. ¿En qué momento el discurso oficial y la propaganda empezaron a ser más o tan importantes como las acciones, o siempre fue así? Creo que este Gobierno se ha caracterizado desde el comienzo por tener un gran aparato de propaganda e ideas innovadoras en materia de comunicación política. Eso se vio desde la campaña electoral del 2006. El problema radica en que al Gobierno le cuesta reinventarse. Ya no veo esa capacidad que mostró en sus primeros años, cuando se realizó la Asamblea Constituyente.
Dimitri Barreto P. (O) Macro Editor La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas para repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, siempre convergiendo sobre el mismo concepto.
De paso por Canadá, nos fascinan paralelos inesperados. Preservar normas de convivencia es una batalla constante incluso en democracias sólidas.
Ya no se puede ver el spot ‘La ciudadanía le habla a los medios’, la solicitud de la Cordicom, así lo dispuso.
Uno de cada cinco anuncios publicitarios web en los teléfonos inteligentes, redirecciona a un malware en la red, así lo dio a conocer el “Reporte de Malware para dispositivos móviles 2014”, realizado en más de 75 millones de usuarios de estos equipos celulares, llevado a cabo por la empresa Blue Coat Systems.
La producción de publicidad en el Ecuador vio abrirse una puerta en junio del 2013 cuando se aprobó la Ley Orgánica de la Comunicación. El art. 98 respalda y obliga a transmitir, en los medios nacionales, piezas publicitarias realizadas con un 80% de personal ecuatoriano o extranjeros nacionalizados.