El siglo XX fue testigo de varias transformaciones que permitieron al Ecuador cambiar el caduco sistema de gobierno que siguió imperando a pesar de los grandes esfuerzos de Eloy Alfaro por acabar con la realidad política del siglo anterior, que a “fue de cambios sociales, no fueron otra cosa que maniobras para modificar el poder político que residía siempre en manos de la oligarquía sea de la Costa o de la Sierra. Alfaro, con su lucha, dejó una lección ideológica buscando el cambio de caducas estructuras. (…) Dejó la semilla para nuevas transformaciones que más tarde se operarían en su país…” (Godoy, Francisco, ‘Los cambios revolucionarios en América Latina’, Bogotá, Ediciones L.B., 1995, p. 114)