En ocasiones la literatura y la política están conectadas.
La exposición frente al poder tiene su precio y se manifiesta en el cuerpo de quienes lo detentan. El paso del tiempo es un gran depredador y se acelera frente al estrés. En América Latina los anuncios de las enfermedades que sufren sus principales dirigentes han generado reacciones. Y, en algunos casos, los impactos políticos han sido enormes. El exmandatario de Venezuela, Hugo Chávez, falleció el 5 de marzo del 2013 a causa de cáncer, cuando todavía estaba en el poder. Su vicepresidente, Nicolás Maduro, quedó al frente del Gobierno, en cuatro años marcados por la fractura política y social. Los presidentes Lula da Silva, Dilma Rousseff, Juan Manuel Santos, Fernando Lugo, etc. también fueron diagnosticados con distintos tipos de cáncer. En Ecuador, la noticia de que el vicepresidente Jorge Glas padece siete dolencias, entre ellas insomnio crónico, ansiedad, hipertensión arterial y gastritis, se develó recién el 2 de octubre del 2017 en un reporte médico obligatorio elaborado minutos d
Con pruebas en sus manos, Lucio Gutiérrez, expresidente de Ecuador, dice que "la rebelión de los forajidos fue un mito y no existió".