Rodrigo Aguirre lo dejaba en claro durante la cuarentena. Nunca antes en su carrera había pasado tanto tiempo sin tocar un balón. Ni siquiera las vacaciones más largas y descuidadas son comparables a los tres meses que él y sus compañeros estuvieron alejados del esférico, el elemento indispensable de su labor como futbolistas.
Alrededor de cuatro meses se requerirán para llegar en la mejor forma física competitiva. Así coinciden los entrenadores Santiago Rosero (ciclismo) y Javier Cayambe (atletismo); sin embargo, aclaran que todo dependerá de los planes de cada atleta, una vez que concluya este período de confinamiento.
El partido entre Barcelona y un combinado con futbolistas del resto de clubes del país no se jugará el 1 de mayo, como se había previsto. Ese encuentro, planteado por la dirigencia del equipo canario, tenía como objetivo recaudar fondos en beneficio de los damnificados por el terremoto en Ecuador.
Veinte de los 25 jugadores de Delfín estuvieron 38 días inactivos. Por eso, el cuerpo técnico solicitó a la dirigencia del club manabita que gestionara una concentración de 15 días en la Casa de la Selección, para ganar mayor resistencia física en la altitud de Quito.
Los partidos frente a Barcelona y Liga (Q) fueron claves para que César Benalcázar, preparador físico del Deportivo Quito, se ponga al tanto, a simple vista, de cuál es el estado físico de sus futbolistas. En esos dos encuentros, los pupilos del técnico Carlos Sevilla bajaron la intensidad de juego en la etapa complementaria.