EL PRECIO DEL PETRÓLEO

El nerviosismo que experimentan los mercados internacionales se ha puesto de manifiesto de manera exponencial en las últimas semanas. La tendencia en los últimos tiempos ha sido a la baja y, aunque el viernes haya mostrado un repunte, no se puede garantizar que la tendencia se revierta.

Varios aspectos confluyen para esta volatilidad. El proyecto a largo plazo de la sustitución de la matriz energética a escala mundial, aunque avanza, todavía no se generaliza hasta el punto de desplazar al hidrocarburo como la sangre que fluye por las venas del torrente del desarrollo planetario. Esto quiere decir que todavía el mundo dependerá del petróleo por unos cuantos años.

Los grandes países productores se sitúan especialmente en Oriente Medio. Muchas de sus sociedades han experimentado cambios políticos, protestas sociales y hasta guerras que han modificado los flujos de extracción y exportaciones.

El caso de Libia, la recesión europea o las amenazas de Irán de bloquear el estrecho de Ormuz han influido en este inquieto panorama. La cita de la OPEP, que reúne a los países productores, de los cuales Ecuador es marginal por sus niveles extractivos, intentó defender el precio al guardar reservas y moderar la venta. Es innegable la dependencia del petróleo de nuestro país.

Una primera parte del año con precios altos permitirá que la baja sostenida de estos días no modifique de manera definitiva ni peligrosa la estructura presupuestaria. El Ecuador calcula en USD 79,36 el promedio para el año y el Gobierno estima que, por los ingresos en el primer semestre, no habría problemas si el precio internacional se mantiene sobre los USD 53.

Las precauciones e inquietudes saltan a la vista.

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