El primer globo se soltó por descuido; antes de la hora indicada. Se elevó despacio desde la Plaza República, en el centro de Quito. Un centenar de personas miró cómo se alejaba. Los jóvenes dudaron unos segundos. No sabían si el momento de soltar los suyos había llegado. Pero Gustavo Dávila, presidente de la Fundación Jóvenes contra el Cáncer, los abordó a tiempo. Faltaban pocos minutos.
Tú eres mi amor, mi dicha y mi tesoro. La frase, a varias voces, se escucha desde las calles Antonio Ante y Guayaquil, en el sector de La Alameda, en el centro norte de Quito.