Un largo pasillo exterior- o lo que fuera antes el garage de una casa- repleto de plantas, flores y un mural de motivos naturales recibe a los visitantes en Pide Pizza. Ubicado en una zona de Quito en la que el movimiento es continuo, La Mariscal, el local se presenta como un espacio alternativo, para relajarse, disfrutar entre amigos y claro, comer pizza.