Testimonio. Ramiro Herrera.
Para trasladarme entre el sector de Nuevos Horizontes, en el suroccidente de Quito, y Sangolquí, prefiero utilizar la vía Tambillo-Amaguaña. Llegar al valle de Los Chillos cruzando por el centro de la ciudad es muy complicado.
Desde Los Chillos retorno a Quito por la autopista General Rumiñahui. El tramo entre el peaje y El Trébol sigue siendo un punto conflictivo para el tránsito. Como conductor contratado para una empresa de telecomunicaciones, a diario debo recorrer varios sectores de la ciudad.
En ocasiones, me encuentro con alguna vía cerrada que está en mantenimiento. La falta de información oportuna no me permite anticipar el problema y dirigirme hacia una ruta alterna con tiempo.
La placa de mi carro termina en 8 y los jueves tengo restricción para la circulación. La empresa reorganizó el trabajo para que ese día el carro solo circule por los valles donde no se aplica la medida. El tránsito es más fluido en ese sector. Sin embargo, hay vías que necesitan ser ampliadas porque en las horas pico son un cuello de botella.
Un ejemplo de eso es la vía Amaguaña-Sangolquí. Tiene un solo carril en cada sentido y el tránsito se vuelve lento.
Los días que tengo pico y placa también regreso a mi casa por Tambillo. De Los Chillos salgo a las 16:30, en el horario de restricción. Hay sitios donde no se siente la congestión y otros, donde me siento atrapado.