Alejandro Serrano es campeón sudamericano y anhela ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud. Foto: cortesía de Lorena de Grazia
En su niñez, Alejandro Serrano quiso ser escalador. Incluso pidió que se lo inscribiera en la Federación Deportiva del Azuay. Pero, antes de hacerlo, su padre le sugirió que se probara en patinaje de carreras.
Entonces lo llevó al patinódromo de Totoracocha, en Cuenca. El niño se fascinó al observar el escenario lleno de practicantes y aceptó la sugerencia de su padre. “Vi una fila de patinadores en la pista, con la licra de Azuay y me enamoré de este deporte”.
Por esos antecedentes, Serrano considera que su incursión en el patinaje de carreras fue una casualidad. Han pasado siete años de aquello y ahora sueña con “ser campeón mundial”. A su criterio, tiene las condiciones para cumplir los objetivos que se propone.
El patinador cuencano de 15 años retornó de Medellín, Colombia, tras destacarse en el Sudamericano de Clubes. Allí, la semana pasada, sumó dos medallas de oro en las pruebas combinada y ruta por puntos, en 10 000 metros. Además, alcanzó una de plata en eliminación ruta, 15 000 m.
Hasta ahora, esa es su mejor participación. La Federación Colombiana de Patinaje destacó su actuación por ser el único extranjero en restarle una presea dorada a los anfitriones. En la final de la prueba de los 10 000 metros combinada superó a Juan Camilo García y Juan Restrepo.
En su corta carrera suma tres participaciones en Colombia, país con múltiples campeones mundiales de patinaje. Antes compitió en Buga y Cali, sin obtener posiciones estelares. Ahora está motivado y convencido que con perseverancia puede ser protagonista en los futuros certámenes.
Tiene dos objetivos para el 2018 y el uno está ligado con el otro. Primero buscará la clasificación para el Mundial Juvenil de Patinaje de Velocidad en Heerde, Holanda. De ese certamen clasificarán los 12 mejores patinadores para los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Según Rodrigo Matute, su entrenador, la meta de buscar el cupo mundialista es difícil pero no imposible. El Mundial será en julio y las Olimpiadas juveniles en octubre, en Buenos Aires, Argentina. Él confía en la capacidad técnica y física de su dirigido para alcanzar esos dos desafíos.
Carlos Alejandro tiene como principales referentes a su técnico, quien también es seleccionado nacional y medallista internacional, así como al carchense Jorge Bolaños. “Los admiro porque son perseverantes en cada competencia. Me identifico con ellos”.
No solo pretende emular los éxitos de sus ‘ídolos’ sino superarlos. Bolaños es campeón mundial de patinaje de velocidad. Como si fuera ayer recuerda que su padre le sugirió que asumiera la práctica del patinaje como un hobby. “No le hice caso y ahora se siente orgulloso con mis éxitos”.
Patina de lunes a viernes, de 19:00 a 21:00, en el patinódromo de Totoracocha. Los sábados y domingos complementa su preparación con ciclismo. Él pide más respeto de los conductores de vehículos para los ciclistas. Siente que está en constante peligro en las vías.
Matute lo describe como un chico que escucha, que es inteligente, disciplinado y relajado. “Sabe cumplir sus tareas y aplica todos los consejos. Eso le ayuda a conseguir un buen rendimiento y una adaptación rápida a cualquier cambio”.
Lorena De Grazia, su orgullosa madre, lo define como un hijo cariñoso. Ella le aconseja que los éxitos los asuma con calma. “Le pido que confíe en Dios y que ponga los pies sobre la tierra”. También, pone énfasis en la buena relación que tiene con su hermana mayor Emilia, de 17 años.
El medallista sudamericano suspira y luego sonríe al recordar su estreno a escala nacional. Fue en la categoría 9-10 años, en la que compitieron cuatro deportistas. En las primeras pruebas de ese torneo terminó segundo, tras ser superado por un rival de apellido Farías, de El Oro.
Pero, en la última prueba, con la motivación de su progenitora, consiguió la medalla de oro. Desde entonces ha sido medallista de los Juegos Nacionales, en las categorías Menores y Prejuvenil.
Serrano agradece a sus padres por el apoyo constante. Ellos, por ahora, son quienes financian sus gastos.