Entonando el “Pobre de mí”, miles de personas pondrán hoy el punto y final en Pamplona a las fiestas más internacionales de España, los Sanfermines, que este año han sido poco accidentados y sólo han registrado cuatro heridos por asta de toro durante la celebración de sus famosos encierros.
El último de ellos, en el que debutaron los morlacos de la ganadería de Torrehandilla-Torreherberos, siguió la tónica general de sus predecesores estos días y se cerró con una carrera veloz y limpia en la que no hubo ningún corneado.
En tan sólo dos minutos y 33 segundos los astados completaron los escasos 850 metros de recorrido, hoy también abarrotado de corredores, alguno de los cuales se despidieron para siempre como participantes de este acto, que alcanzó fama mundial gracias al escritor norteamericano Ernest Hemingway.
Los ocho encierros de los Sanfermines de 2012 dejaron un balance de más de 400 personas atendidas por Cruz Roja y DYA, informaron hoy ambas organizaciones de voluntarios.
En rueda de prensa, la responsable regional de Salud, Marta Vera, señaló que el Servicio Navarro de Salud atendió estos días en sus servicios de urgencias a 710 personas con problemas relacionados con las fiestas, 38 de ellos corredores de encierros.
Vera subrayó que los datos de 2012 son “muy similares” a los que arrojaron los Sanfermines de 2011, y “el balance, afortunadamente, es muy positivo”.
Para el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, las fiestas que terminan han dejado “un sabor de boca estupendo”, solo enturbiado por los incidentes registrados el pasado 6 de julio, primer día de las fiestas, durante la celebración del Riau, riau, en el que la corporación municipal realiza una marcha hasta la capilla del Santo.
Después de 16 años de ausencia, el Ayuntamiento intentó recuperarlo este año, pero tuvo que ser finalmente suspendido por los incidentes causados por un grupo de personas.
Se trata, dijo Maya, de cuestiones “que tenemos que valorar despacio”, aunque en general aseguró que su impresión es positiva: “Yo creo que han sido unas fiestas hermosas; los pamploneses se lo han pasado muy bien”.
Los Sanfermines, subrayó, “son la mejor fiesta del mundo, sin duda ninguna, y en gran parte también lo son por esas tradiciones que tanto disfrutan y tanto apoyan los pamploneses”.
En el tramo final de los festejos hoy también se celebró el último acto religioso oficial de las fiestas, conocido como la Octava de San Fermín, en la capilla del Santo.
También dijo adiós la comparsa de Gigantes y Cabezudos, otra de las citas más tradicionales y esperadas, en la que los personajes de cartón acompañan con su música y su bailes durante las fiestas a los más pequeños.
En la plaza de toros, al término de la corrida con los diestros Juan José Padilla, El Juli y Daniel Luque, los componentes de las peñas (grupos de amigos) se despedirán, si bien será horas después, en el tradicional canto del “Pobre de mí”, cuando toda Pamplona se retirará con pena el pañuelo rojo del cuello y, con una vela encendida en la mano, lamentará el fin de las fiestas.
Después el alcalde de la ciudad saldrá al balcón principal del Ayuntamiento, declarará finalizados los Sanfermines 2012, y convocará a pamploneses y visitantes a asistir, el 6 de julio de 2013, al inicio de “las mejores fiestas” del mundo, para las que “ya falta menos”.
Hasta que llegue ese momento, los pamploneses vivirán sentimientos contradictorios, que se mueven entre la pena de cerrar una semana en la que la ciudad vive en constante transgresión, y el alivio de poder retomar la normalidad tras los excesos que las fiestas suponen para el cuerpo y los bolsillos.