Mientras Hernán Barcos disfruta de su instancia en la Selección argentina, la dramática situación de su club, el Palmeiras, lo deja con un pie en el descenso a segunda división y pidiendo a gritos sus goles, cuando faltan ocho fechas para el término del torneo.
El equipo dirigido hasta septiembre por el técnico Luiz Felipe Scolari está en ‘alerta roja’ en el Brasileirão, en el que ocupa la antepenúltima posición con sólo 26 puntos y lo obliga a sumar al menos nueve unidades para intentar evitar la pérdida de categoría.
Náutico, que hundió ayer al ‘Verdão’ en su Estadio dos Aflitos con tanto de Kieza (14’), prosigue una exitosa fase en el torneo, en el que obtuvo 11 victorias en los últimos 15 partidos. Así sumó 40 puntos que lo ubican noveno.
La crisis del Palmeiras también tomó tintes de violencia. Unos 50 hinchas generaron un tumulto y destrozos en la sede social del club, en São Paulo, cuando ingresaron al lugar para reclamar a los dirigentes por el pésimo rendimiento del equipo.
Los ‘torcedores’, algunos de los cuales lucían la camiseta de una de las barras bravas, discutieron con dirigentes y consejeros, dando inicio a un tumulto que se agravó cuando uno de ellos dejó caer un arma de fuego.