Guatemala enfrenta una crisis política inédita en su historia reciente, desatada por la vinculación del presidente Otto Pérez y su ex vicepresidenta Roxana Baldetti, en prisión preventiva, con una red que orquestó un fraude multimillonario en las aduanas.
Un clima de frustración y malestar se vivía este lunes en Guatemala ante la negativa de renunciar al cargo del presidente Otto Pérez, acusado por la Fiscalía de encabezar una red de defraudación fiscal en las aduanas. Jorge Briz, presidente del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif), que aglutina al empresariado, lamentó la postura del gobernante porque “ofende la inteligencia” y le falta el respeto a la población. Asimismo rechazó las declaraciones del mandatario en las que acusa a los empresarios de pagar sobornos en las aduanas. El pasado viernes, cuando la Fiscalía y una comisión de la ONU contra la impunidad vincularon al presidente con esa estructura ilegal, Briz pidió su renuncia en nombre de los empresarios. La fundación de la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú también demandó la renuncia del presidente, al tiempo que instó a los ciudadanos a “seguir defendiendo la dignidad y la justicia, mantener la unidad en la lucha