Oswaldo Jarrín ‘Ningún actor social puede amenazar a nuestro Estado’

Entrevista a Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa. Foto: Galo Paguay /  EL COMERCIO

Entrevista a Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

A un año de las protestas de octubre, ¿cómo están las Fuerzas Armadas?
Este hecho dejó una ola creciente de ingobernabilidad por parte de grupos que quieren crear el caos. Se ha desestructuralizado (sic) el Estado. Esto significa que no hay una secuencia lógica en el respeto a la Constitución y a las leyes. Hay demandas sociales y siempre las habrá, pero otra cosa es que se amenace al Estado desde ya con un nuevo octubre. Esa es una amenaza contra el Estado.

¿Esa amenaza está en los informes que manejan ustedes? ¿Se habla de un nuevo octubre?
Es lo que está en la prensa. Se dice que vamos a tener un nuevo octubre. Se hacen llamados a la movilización. El Estado no puede ser amenazado por ningún actor social.

Usted habla de una ola creciente de ingobernabilidad. ¿Provocado por quién o por qué?
La ingobernabilidad se presenta cuando no se respeta la estructura de Estado: ley, autoridad, ejercicio de poder. Las leyes son las que deben normar todo comportamiento de las instituciones y conductas sociales. Si no se respetan las leyes surge la presión, coacción y la amenaza al Estado. Entonces, cuando hablamos de octubre tenemos que decir que hubo una crisis, una aceleración y el escalamiento a situaciones de violencia incontrolables.

¿Una violencia provocada por quiénes?
Se aprovecharon los oportunistas y las bandas criminales que se infiltraron en esa movilización social. Diversos actores se valieron de esa movilización para que haya insurgencia. Entonces si me dice ¿qué quedó de octubre? yo le respondo que quedó una sola cosa: gracias a FF.AA. quedó la democracia. Lo que logramos fue una estabilidad democrática.

Quizá no se han resuelto los problemas sociales y más bien se han empeorado las condiciones sociales en el país y por eso se escucha la amenaza de un nuevo octubre.
¿Porque es más grave la situación tiene que haber violencia? ¿Como no hay recursos, como estamos sin presupuestos adecuados para las instituciones, como hay una deuda externa tan grande, como tenemos esta situación económica, la única solución es el estallido social? Esa no es una alternativa. Eso se llama imposición, burlar a las leyes, desconocer a las autoridades e incitar a la población a situaciones que no son democráticas y no son legales.

Tras los hechos de octubre del año pasado ¿cómo se entendió a las nuevas formas de protesta?
Aquí hay que mencionar a las redes sociales, pues es lo que ocurre en el mundo en esta época. Hoy, lo único que hace falta es saber escribir frases insurgentes. Son personas desconocidas que cogen un teléfono y manipulan a la sociedad, desinforman, mienten, acusan, calumnian.

¿Pero son organizaciones o personas que actúan sin una estructura?
De todo. No hace falta que estén organizados. Usted abra las redes sociales y verá que cualquiera se siente con capacidad y con derecho de poder afectar a una institución o a una persona, porque tiene un teléfono y un chat. Hay un desfase entre el irrespeto a la ley y la aplicación de la justicia, porque el ritmo que tiene los operadores de justicia no es el mismo que tienen las plataformas de redes sociales para incitar a la población.

Luego del paro de octubre, las autoridades reconocieron falencias en el sistema de Inteligencia. ¿Cómo está hoy?
No se puede hablar de una falencia porque se hayan producido hechos (como los de octubre).

El año pasado hubo militares retenidos, hubo blindados quemados. ¿Ahí operó este sistema?
Inteligencia militar no es para el desarrollo de las operaciones. Claro que mejora, pero cuando hay un desborde como en la crisis que se vivió, eso no es materia de Inteligencia. No hace nada la Inteligencia dándose cuenta que quieren quebrar la democracia y tomarse el Estado ¿Qué sacamos con eso? Lo que sí nos ha permitido es, por ejemplo, saber en qué momento hay que cambiar el puesto de mando del Estado de Quito a Guayaquil.

En medio de estos hechos, usted decía que, en la parte económica, las Fuerzas Armadas tienen menos recursos económicos para este año. ¿De cuánto es la reducción?
En este año, el Ministerio de Finanzas nos fijó una reducción en USD 44 millones. Vamos a terminar este año con grandes desavenencias con los proveedores y con presupuestos que no han sido cubiertos. Sin embargo, aspiramos a que todo funcione con lo que se ha expresado en el Ministerio de Finanzas, con el nuevo préstamo que se tiene.

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