Redacción Jóvenes
La oficina 1002 es la guarida de un grupo de panas creativos. Allí se han armado proyectos de animación, se han organizado conciertos y han tomado forma varias producciones.
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La página web de Evolution Arts, socios de este colectivo, es https://www.evolutionarts.com.ec.
Además de trabajar bajo contratos, los chicos de 1 002 tienen proyectos propios. Están desarrollando un corto animado, que está en la parte del ‘story board’.
Por eso, decidieron llamar a su colectivo 1002. Todo comenzó cuando José Romero y Rafael Alfaro se instalaron en aquella oficina. Todos sus amigos creativos ‘caían’ y allí surgieron varias ideas. Ahora ofrecen servicios de diseño e ilustración, programación web, sonido y animación.
Para trabajar en sus proyectos, cuenta Rafael, se asocian con sus amigos que saben desde organizar conciertos hasta hacer arreglos musicales.
José dice que son una especie de red creativa. “Conocemos a bastante gente que trabaja de manera independiente y nosotros agrupamos esos esfuerzos”.
Uno de sus socios frecuentes es Evolution Arts, creado por Santiago Rodríguez y ‘Juanse’ Guijarro. El primero estudió finanzas y el segundo administra un crucero en Galápagos. Cuando se trata de contactar músicos del extranjero, los dos son unos ‘capos’.
“Hicimos una alianza estratégica. Necesitábamos alguien que haga la parte creativa, el diseño y los afiches, para los conciertos”, cuenta Juan Sebastián.
Con los servicios del colectivo 1002, Evolution Arts armó un concierto de música electrónica, donde se presentó Infected Mushroom. Ahí también trabajó Kim Bruun, que es de otro colectivo.
Para mantener el trabajo en equipo, explica Rafael, buscan tener siempre proyectos que les aten a la oficina 1002. Además, “se necesita mucha disciplina, así no se gane nada al principio. Cada uno cumple con su parte”.
José se encarga de lo que tiene que ver con Internet, programación y desarrollo de juegos. Rafael sabe de animación digital y posproducción para video. “Nuestro fuerte son las páginas web y también buscamos clientes de otros países”, dice Rafael.
Otra de las motivaciones que mantiene vivo al colectivo 1002, es que no tienen un jefe, porque prefieren trabajar en equipo.