La mayoría de los estadounidenses se mantiene escéptica sobre los planes del presidente Barack Obama de reformar los servicios de inteligencia, según reflejó hoy una encuesta de opinión. Un 68 por ciento de los interrogados cree que la vigilancia de los registros telefónicos por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) continuará o incluso se incrementará, según el sondeo de la empresa Rasmussen.
Brasil afirmó el domingo, 19 de enero, que vigilará de cerca el cumplimiento de la promesa del presidente estadounidense, Barack Obama, de restringir las actividades de espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y detener la recolección de datos de las comunicaciones de líderes de países aliados. “Es un primer paso. El gobierno brasileño vigilará con extrema atención las consecuencias prácticas del discurso (de Obama)”, dijo el portavoz presidencial Thomas Traumann, cuyo país fue objeto de vigilancia electrónica masiva de la NSA. Se trata de la primera reacción de Brasilia al discurso del viernes de Obama, en el que anunció que la NSA no continuará con su rutina de espiar a los líderes de los más cercanos aliados de Washington, después de la indignación mundial causada por revelaciones acerca del alance del espionaje electrónico de Estados Unidos.
En Estados Unidos hay 16 agencias de inteligencia cuyas actividades se superponen en muchas ocasiones. Entre ellas está la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), que es considerada la más poderosa, secreta y la más cara de todas. La NSA, fundada en 1952 como la agencia para las escuchas y decodificación de las Fuerzas Armdas, se ocupa actualmente del registro secreto de datos electrónicos y del trabajo con técnicas de encriptación. La agencia se convirtió en el "gran hermano", que todo lo ve y lo oye gracias a la moderna tecnología de la que dispone. Las redes de comunicación internacionales son analizadas en busca de palabras clave con estaciones de escuchas en todo el mundo, satélites de noticias y grandes ordenadores. Los documentos entregados por el ex empleado de la NSA Edward Snowden revelan día a día nuevos detalles sobre las actividades de espionaje de la agencia en todo el mundo, sobre todo en internet y en los teléfonos móviles. El director de la NSA, Keith Alexander, tiene uno
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió hoy que las agencias de inteligencia norteamericanas dejarán de espiar a decenas de líderes de países extranjeros amigos salvo que exista para ello un motivo "imperioso" de seguridad nacional. "En vista de la comprensible atención que este tema ha recibido, le he dejado claro a la comunidad de inteligencia que, a menos que haya un motivo de seguridad nacional imperioso, no vamos a monitorear las comunicaciones de los jefes de Estado y de gobierno de nuestros amigos más estrechos y aliados", dijo Obama durante su discurso para anunciar cambios a los programas de espionaje tras el escándalo de las filtraciones sobre la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). "Los líderes de nuestros amigos cercanos y aliados merecen saber que si quiero saber lo que piensan sobre algún asunto, tomaré el teléfono y los llamaré en lugar de recurrir a la vigilancia", prometió en referencia a las fuertes protestas que los mandatarios de varios países aliado
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos accede a 200 millones de mensajes telefónicos de texto (SMS) cada día de manera indiscriminada, informó el jueves el diario británico The Guardian.
Apesar de que las principales empresas de software negaron haber tenido contactos con la NSA y han redoblado sus esfuerzos para cuidar la privacidad de sus usuarios (o por lo menos eso declararon públicamente), cada vez surgen más proyectos para proteger los datos personales de posibles espías.
Las interceptaciones telefónicas de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) no sirvieron para la prevención del terrorismo, afirmó un estudio de la organización no profit New America Foundation reportado hoy por el diario The Washington Post, contradiciendo las afirmaciones de altos cargos políticos y de la inteligencia.
La Corte reservada para el Control de Inteligencia de Estados Unidos ha renovado hoy, viernes 3 de enero de 2014, la autorización a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus iniciales en inglés) para continuar con sus polémicos registros telefónicos en EE.UU. durante tres meses más.
La Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (NSA) contaba con numerosos métodos para concretar sus programas de espionaje. De acuerdo con Jacob Appelbaum, investigador y periodista independiente, la agencia cuenta con la capacidad para convertir cualquier computador o teléfono, hasta un iPhone, en un espía privado.
La Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) está trabajando en una computadora en condiciones de penetrar y decodificar cualquier código usado para proteger datos bancarios, financieros, médicos y gubernamentales en el mundo.
El diario The New York Times indicó hoy en un editorial que el excontratista de los servicios de espionaje de Estados Unidos Edward Snowden merece clemencia después de revelar los programas masivos de espionaje telefónico y en internet por parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).
¿Hasta dónde puede considerarse legítimo el uso de los mismos medios de los que se valen las dictaduras, para defender la democracia? ¿Puede calificarse como traición lo que en realidad es una gran objeción de conciencia en favor de la defensa de las libertades y los derechos civiles? El caso Snowden no solo interesa por la enormidad y las consecuencias en la vida práctica de una operación de espionaje global. Interesa igualmente por cómo se ha hecho. Snowden fue agente de la CIA hasta el 2009, cuando se trasladó a Dell y posteriormente a Booz Allen Hamilton, una compañía privada, subcontratista de la National Security Agency (NSA). La distinción es importante si se tiene en cuenta que estos subcontratistas son una modalidad descarada de tercerización de la responsabilidad: técnicamente, el Gobierno les proporciona un mandato, pero no es responsable ni de lo que hacen ni de cómo lo hacen. Tampoco existen reglas para regular su actividad, un vacío muy calculado, en la que se mueven como