La observación del oso andino se potencia en diferentes zonas de Ecuador durante septiembre del 2020. Desde puntos específicos del bosque nublado del noroccidente de Quito o desde miradores diseñados para esta actividad se puede apreciar el comportamiento de estos animales en su hábitat natural. Pero es necesario seguir ciertas reglas para no afectar a los especímenes.
El Noroccidente de Pichincha es una de las zonas más biodiversas del planeta. Allí se encuentra la Reserva de la Biósfera del Chocó Andino, la cual conserva atractivos naturales, como ríos y cascadas, una variedad abundante de aves —hay unas 800— y 270 especies de mamíferos.
El Chocó Andino no solo se destaca por ser una de las regiones más biodiversas del mundo y por la historia que existe detrás de la cultura preincaica de los yumbos. Su suelo es apto para emprendimientos agrícolas, por lo que se han enfocado en el café de especialidad y en el cacao fino de aroma. Y ahora el turismo aprovecha también estos cultivos de altura.
La mejor forma de valorar a la cultura Yumbo es recorriendo sus ancestrales culuncos, caminos preincaicos que se niegan a morir en el noroccidente de Pichincha. Estos senderos son un testigo patrimonial de una organización comercial que se desarrolló entre los 800 años d.C. hasta la conquista española.
Puerto Quito y Pedro Vicente Maldonado experimentan un ‘boom’ inmobiliario. En las vías que conducen hacia esos cantones del noroccidente de Pichincha hay 10 urbanizaciones de tipo vacacional.