El terno y la corbata estorban un poco a Ángel Llerena Hidalgo. “Estoy más cómodo con una gorra y unos jeans; yo soy un hombre de campo”, dice el ingeniero agrónomo al llegar al laboratorio de Análisis de Suelo, Aguas y Plantas de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, poco después de un homenaje.