La naturaleza está profundamente resentida y cambia las costumbres antiguas sobre el inicio y continuación de las estaciones. Unos 70 años atrás, en la Sierra los campesinos araban sus campos y depositaban las semillas en la primera quincena de septiembre, bajo la seguridad de que a partir del 15 de ese mes comenzaba un periodo de lluvias con las que la semilla alcanzaba a brotar. Ese periodo de lluvias tuvo un referente máximo, el cordonazo de San Francisco, que se producía el 4 de octubre, sin falta alguna; y hasta fines de octubre continuaban las lluvias.
Como la naturaleza es sabia, con demasiada agua las nacientes plantas podían ahogarse; y, en ayuda, la naturaleza estableció, en noviembre, un paréntesis coincidente con la época de difuntos, conocido como el veranillo de las almas. Pleno sol y con ambiente amable, las plantas prosperaban durante 10 ó 15 días durante la ausencia de lluvias.
Estas continuaban hasta el inicio de diciembre, cuando retornaban con cierta abundancia. Los habitantes de Quito deben recordar que, para la festividad del 5 de diciembre, especialmente desde el vespertino Últimas Noticias enviaban cartas a San Pedro, rogándole que cierre la llave del cielo para bailar en las calles, ya que en los primeros tiempos la festividad del 5, era tranquila, cordial y sin riesgo alguno.
Luego de diciembre y principios de enero, cuando ya finalizaba el veranillo del Niño Jesús, las lluvias continuaban abundantes, tanto que especialmente los campesinos identificaron al mes de abril como de “aguas mil”. En mayo, las lluvias decrecían y, otra vez, la gente identificó ese mes con lluvias suficientes para “mojar el sayo”, es decir la chaqueta.
En junio llegaba el verano ya sin lluvias y en julio se recogían los frutos de la cosecha tardía, pues las de patatas y maíz coincidían con la Semana Santa.
Finalmente, en agosto los campesinos trillaban el trigo y la cebada, aprovechando los vientos fuertes que se encargaban de separar los granos de los tallos ya secos.
Como a todos consta, desde hace veinte años ya no hay regularidad en las estaciones.
En ocasiones, en pleno verano se producen lluvias; y, como hoy, cuando estamos en estación invernal, la ausencia de lluvias es total.
¿Fenómeno de El Niño? ¿Calentamiento global? ¿Algún otro fenómeno climático?
Sea lo que fuere, el hecho es que especialmente la agricultura y la actividad ganadera no tienen seguridad alguna y la crisis económica se ahonda.
Es verdad que, en cuanto al calentamiento global de la atmósfera, los principales culpables son China y Estados Unidos; pero los demás, incluido el Ecuador, deben cooperar cambiando sus costumbres en cuanto al cuidado del agua, la sanidad de los ríos, el procesamiento de la basura y el control estricto de las emanaciones de gases de vehículos deficientes.