En el Hotel Oro Verde de Guayaquil, médicos escucharon sobre la técnica de Machluf. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Imagine un minúsculo y eficiente repartidor viajando por el torrente sanguíneo. Su misión es clara, no se detendrá hasta llegar a su destino: un tumor cancerígeno. Solo ahí entregará el fármaco injertado en su interior hasta aniquilarlo.
Los nanoghosts o nanofantasmas son células madre modificadas en laboratorio e implementadas en una terapia dirigida contra el cáncer.
El Instituto Tecnológico de Israel (Technion) tiene la patente y por ahora ha desarrollado ensayos en animales.
Dentro de tres años espera empezar pruebas clínicas en humanos pero sus resultados generan expectativa en la comunidad científica mundial. La líder del proyecto, Marcelle Machluf, visitó el país y compartió los avances de la investigación con médicos locales.
Las células madre mesenquimales, que se encuentran en la medula ósea, son las protagonistas de esta técnica.
Al ser silenciosas, no logran despertar la atención del sistema inmunológico. Irónicamente, esa característica es aprovechada por el tumor para enmascararse con ellas y de este modo crecer.
Machluf explica que el misterio de esa capacidad de adherencia está en la membrana que recubre las células, que concentra una gran cantidad de moléculas o marcadores que las conducen a la tumoración. De hecho, pueden reconocer el 95% de los tumores sólidos y algunos líquidos.
“Tomamos una de esas células, vaciamos por completo su contenido y dejamos la membrana intacta”. Luego las reducen a un tamaño nano (micro) y son llenadas con medicamentos de tipo biológico.
Si se toma una pelota de tenis y se la divide en un millón de pedazos, cada uno será de 50 nanómetros.
“De lo que estamos hablando es de sistemas de entrega de medicamentos de unos 200 nanómetros, porque queremos que viajen en la sangre hasta llegar al tumor”, anota la científica que nació en Marruecos, pero que se mudó a Israel cuando tenía un año de edad. Y continúa con su tesis: “los ensayos han demostrado que los nanoghosts pueden llegar hasta el centro del tumor”.
La aplicación es por vía intravenosa. Han hecho pruebas en cáncer agresivo de pulmón, de cerebro, mama y próstata. El estudio se está ampliando además a otras patologías como la esclerosis múltiple.
“Solo una inyección en el tratamiento de un tumor de próstata lo redujo entre 75% y 85%, en dos semanas. En la esclerosis múltiple, los nanogohsts se acumularon en el cerebro y en la columna vertebral. Los ratones con esa condición no podían caminar y luego de la administración están caminando”, dice la investigadora.
Entre los resultados, la científica también destaca que en algunos casos requirieron 50 veces menos medicación de la que se utiliza usualmente.
Y otra ventaja: no hay afectación en los órganos filtradores (hígado, riñón, bazo), que suelen perjudicarse en los tratamientos convencionales de radio y quimioterapia, que no discriminan entre las células sanas y las cancerígenas.
La radio y la quimioterapia son las de mayor aplicación en Ecuador, como lo reconoce José Jouvin, presidente de Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca). “Siempre se busca que el efecto sea lo menos invasivo posible para el ser humano”.
La entidad registra cerca de 200 000 pacientes en todas sus filiales. Jouvin asegura que están interesados en seguir la evolución del estudio de Technion; por eso varios médicos de Solca asistieron a las charlas de Machluf en Guayaquil.
Las terapias dirigidas no son nuevas, aunque no son tan específicas. Una es la de anticuerpos monoclonales, marcados con una droga en particular para reconocer ciertas células en particular.
El oncólogo Mauricio Riofrío explica que actúan con inhibidores al desenmascarar a las células malignas para que el sistema inmunológico pueda atacarlas. Pero solo se aplican en casos de melanoma, cáncer de pulmón, renal, de vejiga, en estadios muy específicos.
“Por eso la terapia con nano-fantasmas es innovadora. Sería una nueva era en tratamientos, más inteligentes y económicos”, dice Riofrío.
La científica israelí calcula que algunos tratamientos de inmunoterapia bordean los USD 20 000, por cada infusión. El estudio que desarrolla con su equipo tiene un costo promedio de USD 400 y no requiere que las células madres sean del propio paciente.
Hace un año obtuvieron patentes en EE.UU. y Europa. La tecnología está aprobada y esperan abrir una empresa para empezar los estudios clínicos.
El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo. Aún no hay una cura para enfrentar los diferentes tipos de tumores. Hace poco se entregó el Premio Nobel de Medicina a estudiosos de la inmunoterapia, que es otra técnica revolucionaria.