Un edificio de condominio familiar. En uno de los departamentos se oye peleas frecuentes. Es una familia rica que se empobrece. Pasa el tiempo y aumenta la violencia. Golpes y llanto de los niños. “Me mata” dice un grito. Los vecinos preocupados, no hacen nada: “tienen derecho de resolver sus problemas por sí mismos. No hay que meterse” piensan algunos. Pero un día, se oye balazos. Estruendo de puertas, chillidos y los niños despavoridos salen a pedir refugio en los departamentos vecinos. Unos, solidariamente abren las puertas, otros las cierran…
Además de económica y moral nuestra crisis es de dispersión. Tal atomización es resultado, entre varios factores, de una perversa política del poder: “dividir y gobernar”, así como de procesos de fractura nacidos en la misma sociedad. Uno de ellos, protagonizado por fundamentalistas sectarios, que desvirtúan las justas batallas de ciertas minorías, exaltando y nutriéndose del individualismo extremo, expresión radical contemporánea.
Cada vez es más frecuente encontrar a algún “veci” haciendo “pipí” en medio de cualquier avenida de la “Carita de Dios”, a plena luz del día, como si no pasara nada. Y efectivamente no pasa nada. No hay policía municipal o nacional que le llame la atención, no hay algún transeúnte de a pie o en vehículo que le diga algo o le pite. Todos vemos a otro lado, mascullando indignación frente a tan agresiva y antihigiénica escena.
El ex presidente Rafael Correa tiene orden de captura por no presentarse ante la justicia. No están del todo claras las razones que tuvo para convertirse en prófugo.
Lo de la niña abusada y secuestrada en Sucumbíos, lo de los centenares de estudiantes agredidos sexualmente y maltratados, son los dolorosos espejos en los que nos vimos estos días: un Estado ineficiente y patriarcal, y una sociedad que ha naturalizado la violencia. Pero también hombres y mujeres arribistas y racistas en todas las clases sociales, particularmente en las elites. Para estas, con “sangre azul e hispana”, el indio “sucio y borracho” era el freno para el país. Durante mucho tiempo, en todo el siglo XX, las Cámaras en sus escritos, los ministros en sus informes, se repetía el estigma que se metió en la cabeza de los ecuatorianos: “indio” como mala palabra e insulto.
“No deje que me lleven” era el grito desesperado de la niña que fue raptada el 12 de junio anterior, en el recinto ‘El Diamante’, parroquia Sevilla, del cantón Cascales, de la provincia de Sucumbíos. “Dos hombres con sus rostros cubiertos, ingresaron armados al aula, amenazaron a la docente y a los 28 niños y niñas... Se llevaron a una niña de 12 años que espera un bebé”, cuenta una testigo que llegó al sitio del hecho, a la escuela unidocente “Carlos Chávez”, encontrando a una madre destrozada del dolor, a una población en pánico y a unos niños que experimentaron la brutalidad de uno de los presuntos grupos armados irregulares, que pululan esta región.
El “inspector” del colegio Mejía, el propinó palazos a sus estudiantes en las nalgas, ha ganado notoriedad y respaldo. “Sus estudiantes”, como dijo en TV al pasear su fama, en medio de bombas lacrimógenas y gritos, proclamaban en las calles su defensa, aclamándolo como su “segundo papá”, en una suerte de exaltación enfurecida a favor del derecho a ser maltratados por un familiar. “Sus padres y madres”, lo justifican, ya que su agresión, no es concebida como tal, sino como “acción correctiva”.
El catedrático Milton Luna habla sobre los límites entre la permisividad pasiva y la reactiva. Cree que ser permisivo es favorecer el autoritarismo.
Hablando de educación, los maestros dicen…:“Necesitamos atención de salud, mejores salarios, material didáctico, capacitación y valoración de la comunidad”. “Mejorar la comunicación con los directores de las escuelas y con el Ministerio”. “Los padres de familia solo vienen a la escuela cuando hay actos sociales”. “No sabemos cómo trabajar con los niños especiales”. “Los maestros tenemos un rol importante en el desarrollo comunitario”. “Las familias quieren…:“que los profesores sean bien formados y traten bien a mi hija”. “Que haya mayor seguridad alrededor de la escuela donde va mi hijo”. “Que haya más computación, bibliotecas y mobiliario adecuado en la escuela”. “Que no pidan cuotas”. “Abrir bachillerato en sectores rurales”. “Los niños y niñas queremos…:“Que nuestros papás y maestros nos escuchen y sean más cariñosos”. “Que la escuela sea bonita, tenga flores y más juegos”. “Que no manden muchos deberes y las clases sean divertidas”. “Que abran la escuela por la tarde para ir a juga
Esta semana el Banco Mundial presentó su informe sobre educación titulado “Aprender, para hacer realidad la promesa de la educación”.
Era previsible… que a medida que el Consejo de Participación Ciudadana Transitorio empezara a actuar, por mandato popular, retomando la institucionalidad para la democracia, desmantelando el correísmo instalado en el Estado, se iba a generar una ola de resistencia de los fieles del expresidente.
Para los ecuatorianos es muy fácil comprender el alzamiento del hermano pueblo nicaragüense contra el presidente Daniel Ortega, acusado por dirigir un gobierno ilegítimo, sostenido por maniobras inconstitucionales que le dieron la reelección indefinida. Gobierno rechazado por controlar la justicia, copar los poderes del Estado y fomentar el clientelismo; denunciado por reeditar una dinastía familiar y ostentar una riqueza nacida de una corrupción insaciable.
Con el artículo tan interesante de Milton Luna sobre el “Debate del pensamiento educativo”, me ha venido a la memoria ese importante hecho histórico que dio pautas claras para la reforma del sistema educativo universitario y proclamó la autonomía universitaria como uno de los principios fundamentales. En efecto fue en Córdoba, Argentina que en 1918 sucedió dicho evento. Aceptada en toda América la propuesta, en Ecuador se reunió en Quito, la Comisión con representantes de las tres universidades que existían, concurrió por la de Guayaquil, el Dr. Leopoldo Izquieta Pérez; por la de Cuenca, el Dr. Emiliano J. Crespo y por la de Quito, el Sr. Carlos Andrade Marín; ellos adoptaron dichas recomendaciones, lo cual, hizo que entraran en vigencia.
Bien, presidente Moreno, por escuchar las demandas de la ciudadanía y de las organizaciones indígenas, que a su debido momento denunciaron los graves perjuicios que tenían los niños y niñas del campo, y las comunidades, por el cierre de las escuelas rurales, ordenada por el correísmo bajo una obsesión “modernizante”, occidental y centralista, amparada en el excluyente, publicitado y monumental proyecto Escuelas del Milenio.
¿En el Ecuador hubo calidad en la educación pública? Sí. Y su momento más luminoso se presentó cerca de la mitad del siglo XX hasta los años 70. Tal estupendo fenómeno fue resultado de diversas políticas educativas sostenidas por gobiernos y sobre todo por los maestros y maestras, los normalistas, que llevaron la reforma a las aulas y a la sociedad.
La imagen de Frida Kahlo se la vende en jarros, llaveros y camisetas. Está en fotos y dibujos. Hay Fridas de todo, hasta con los labios de Angelina Jolie. Es uno de los “recuerdos” más ofertados para viajero en ferias de artesanías, en Ecuador y en toda América Latina.
¿Por qué un acuerdo nacional por el cambio educativo? El país salió fracturado en dos, en tres o en mil partes luego del correato. En los meses que Lenin lleva en el poder, a medida que los corruptos son juzgados y caen presos, sus trafasías desbordan las cloacas, las tensiones bajan y las familias ayer divididas paulatinamente se van reuniendo, los amigos resentidos se sientan en una misma mesa y los periodistas y los columnistas críticos dicen sus verdades, sin temor de que el lunes, luego de aquel sabatinazo, algún juez abra un caso en su contra, o que su apellido sea mancillado por el ex mesías.
El anuncio público del presidente Moreno, sobre las personas que integran las ternas para conformar el Consejo Transitorio, gustó a amplios sectores de sociedad civil que se jugaron por este proceso, presentando, al país y al Presidente, nombres destacados para integrar dichas ternas. Varios de los nombres propuestos fueron recogidos por la lista presidencial.
Qué agradable ver la promoción de una universidad de la categoría A, ofreciendo un curso de post grado online. Hasta hace poco, esto era inadmisible en el mundo académico provinciano y neocolonial como el nuestro: observar este tipo de oferta educativa que era concebida como de tercera por el régimen “meritocrático” y competitivo de la revolución ciudadana.
Según la mitología histórica ecuatoriana, refrescada y reforzada permanentemente por las políticas del presente, que según el historiador Eric Hobsbawm corresponden a la necesidades de los estados, de las naciones o de los políticos, de inventar tradiciones para reforzar sus cohesiones, sentidos históricos e identitarios, hay dos grandes campeones de la modernidad y de la afirmación del Estado Nacional: los presidentes Gabriel García Moreno (1860-1875) y Eloy Alfaro (1895-1912). Uno ubicado en las derechas y otro en las izquierdas. Uno, máxima figura del conservadorismo, y otro del liberalismo radical. Los dos grandes reformadores, desde su particular enfoque, utilizaron la educación como columna vertebral de sus proyectos modernizantes. Sin embargo, debido a la pervivencia y fuerza política que adquirió el liberalismo en el siglo XX, a difusores, el mito liberal y su propuesta aparecen como fundantes del Ecuador “moderno”, término que es concebido e identificado como progreso, justici