Decreto 751
Hicieron trampa en toda regla. Con el decreto 751 acaban de romper olímpicamente con las supuestas intenciones de proteger el Yasuní y de “ampliar la zona intangible” para que caminen en paz los llamados pueblos aislados. Metieron la mano donde se supone que no debían tocar. Una vez más, porque esa es la historia del Yasuní, han movido sus fronteras de acuerdo a los intereses petroleros. Han hecho un nuevo ejercicio de simulación. Han ignorado incluso las recomendaciones de sus propios técnicos. Han aumentado ahí para recortar allá. Han escondido la bolita como hacen los prestidigitadores, para engañar a la gente, diciendo una cosa y haciendo otra.
La sentencia
Los waorani de Pastaza, sobre todo, las mujeres waorani de Pastaza, se han convertido en estos días en la incómoda piedra en el zapato del gobierno y de las empresas que quieren explotar los recursos petroleros del bloque 22. Los waorani pidieron una acción de protección por su derecho a la consulta previa, libre e informada. La jueza del tribunal del Puyo dio la razón a sus reclamos: el gobierno no realizó consulta previa a las comunidades waorani para la licitación de ese bloque. El gobierno apelará. Pero en realidad no hay mucho que apelar: no solo con los waorani sino con los kichwas y los shuar, con los záparas o con los cofanes de Sinangoe, los procesos de consulta previa, libre e informada, han fallado, no han sido tales y hay evidencia sobre ello.
Otro mundo es posible
Dejando a un lado el hartazgo que produce la situación política o tal vez, a consecuencia de él, hay experiencias en el país que muestran que otro mundo es posible si se deja de pensar en el Estado protector, hacedor de todas las cosas, dador de favores en lugar de garante de derechos.
Adefesio
Los waorani de comunidades de Pastaza no quieren petróleo en su territorio. Han solicitado una medida de Amparo Constitucional por cuanto los procesos de consulta previa, libre e informada, que es un derecho que les asiste a los pueblos indígenas consagrado en la Constitución, han sido un adefesio. Lo prueban los testimonios dados en tres días de audiencias que se llevaron a cabo en Puyo.
Cuadro de Goya
Pastores que predican, no desde el púlpito ,sino desde los puestos públicos a los que han llegado con el voto popular. Artistas que bailan y cantan, no en las tarimas, sino en las alcaldías. Muertos que ganan elecciones. Supuestos empresarios exitosos que juegan golf en los clubes de lujo, liderando bandas criminales de trata de personas. Narcoavionetas que aterrizan en terrenos apisonados para una refinería que nunca existió. Fábricas tránsfugas que mantienen sistemas de esclavitud desde hace cincuenta años y que han pasado desapercibidas, a las que se clausura temporalmente, pero a las que se les perdona porque tienen papeles en regla. Cero reparación a los obreros, incluyendo niños, que han malgastado su vida y sus cuerpos en el trabajo esclavo del abacá. Plata escondida en cuentas offshore pero también en cisternas y en caletas.
Arenas movedizas
El camino está resbaloso, un lodazal, como aquellos que año tras año afectan a la costa ecuatoriana. Y en ese camino parece que vamos dando pasos de ciego sin bastón, tropezando con las mismas piedras, elección tras elección. De tumbo en tumbo, así vamos. Tambaleando, como el borracho que busca arrimarse al poste para no caer, como el náufrago que ve a su barco hundirse y perderse en el horizonte entre la niebla y el mar. Hay tantos candidatos y alianzas más las alianzas de las alianzas que es como andar en las nebulosas, perdidos, sin norte y sin brújula. Y así llegaremos al domingo de elecciones, caminando sobre arenas movedizas, sin saber para dónde están jalando los bueyes esta carreta.
Nada que cantar
No se puede creer que Roger Waters, el de Pink Floyd, el de otro ladrillo en la pared, el que llamaba a botar murallas y conseguir la libertad, respalde a un señor sin escrúpulos que se presenta rodeado de militares, de gente armada y con el poder sobre soldados y milicianos dispuestos a atacar a su propio pueblo, perseguir y encarcelar a quienes no piensan como él. Quién iba a pensar que Waters algún día se iba a ubicar junto a las botas y trajes verde oliva, uniforme de una más de las dictaduras latinoamericanas.
Crónica del buen pedir
Más de ochenta mil candidatos. Once mil dignidades. Ocho partidos políticos y 271 movimientos (nacionales, provinciales, cantonales y parroquiales) hacen parte del panorama electoral que se viene en este proceso en marcha en el país del buen pedir.
El desquite
Ecuador no tiene políticas públicas, pese a tantos y tantos expertos, asesores y consultores, de antes, durante y después de la década robada que se supone trabajaron para construir política pública. Tanta plata perdida en estudios para que los resultados sean la nada… la misma nada en la que se convierten las pompas de jabón cuando revientan.
No pinta bien
maguirre@elcomercio.org Tristeza. Coraje. Angustia. Las declaraciones racistas del flamante presidente del Brasil y sus ministros y diputados producen una profunda desazón, como desazón produce la realidad del continente. Las luchas y conquistas de derechos ocurridas en el siglo XX, después de dos guerras mundiales, un muro que dividió a Europa, las dictaduras militares latinoamericanas, con todo el dolor que significaron, ahora, se desvanecen. El ser humano parece estar condenado a tropezar con las mismas dolorosas piedras: el racismo, la xenofobia, la homofobia, el machismo, la intolerancias, el autoritarismo, el populismo, todo eso matizado y salpimentado con el poder de las sectas religiosas y con el poder de las mafias dominantes. Poderes levantados a costa de la profunda ignorancia de los pueblos que han dado su voto y aplauso a tanto indeseable. A más derechos adquiridos, sociedades más vulneradas. Esa parece ser una de las mayores paradojas del siglo XXI, que, por cierto, está