Alluriquín adquirió el apelativo de la parroquia ‘más dulce’ por su imponente comercio de melcochas que producen sus habitantes. Pero desde el 19 de marzo del 2015, esta jurisdicción rural de Santo Domingo de los Tsáchilas, en el occidente del Ecuador, vive una etapa amarga. Los deslaves que ahí ocurrieron y que suspendieron el tráfico en la vía Alóag- Santo Domingo dieron lugar a otra realidad: no hay quienes vendan los dulces y el pueblo se convirtió en un territorio fantasma.