En la sala de espera del consultorio de Valeriana Anaguarqui, una reconocida yachak de Chimborazo, siempre aguarda algún paciente. Los motivos más frecuentes que los hacen ir en busca de una limpia o un ritual andino de purificación son las angustias, la depresión y el estrés.
Los centros ceremoniales tsáchilas tienen la forma de un rombo. Están construidos con pambil, paja toquilla, balsa y caña guadúa. Estos cimientos son sagrados para la nacionalidad, ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas, porque son lugares destinados para practicar la medicina ancestral.
Con el apoyo de Evelyn Congo (obstetríz), la pareja de esposos Juana Chulli y Pedro Guamán han ayudado a muchas madres en las labores de parto. Con técnicas ancestrales y conocimientos adquiridos pueden dar un rápido diagnóstico a una embarazada. Ellos Viven en el sector de Guamaní, al sur de Quito.
Hierbas como la santamaría, eucalipto, ruda y sauco son empleadas para hacer limpias. Según la situación del paciente, se pueden emplear un cuy o piedras para tratar de identificar el origen de su mal.
La cosmovisión andina considera que la naturaleza, el hombre y la Pacha Mama (Madre Tierra) son un todo que vive relacionado perpetuamente. “El hombre tiene un alma, una fuerza de vida, y también lo tienen todas las plantas y animales”. Así lo indica el sociólogo Dimitri Peñasco.
Un par de piedras de tonalidades verde y gris se pasa por todo el cuerpo. El objetivo es que haga las veces de una ecografía para poder diagnosticar una enfermedad.
Al terapeuta Zhang Fenghao no le tiembla la mano cuando quema la toalla empapada de alcohol que cubre la espalda del impertérrito paciente: en China son muchos los que creen que el fuego es benéfico para la salud.
Alicia Bastidas no sabe cuántos niños ha ayudado a nacer en los 39 años que labora como partera en la ciudad de Tulcán, en Carchi.
Tan pronto como se conoció sobre el deceso del vegetalista o curandero Juan José Jende, los pacientes que tenía comenzaron a llamar a su consultorio.