Los mecanismos biométricos se volvieron familiares para la población gracias al cine. En las películas futuristas, de espías o ciencia ficción no falta la escena en la que un aparato reconoce el iris del ojo de la persona que va a entrar a un sitio secreto; o aquella en la que un escáner reconoce el rostro de una persona para habilitar algún acceso.