De Matthias Leonhardt Abram se pudieran escribir libros enteros de historias y relatos. El ecuatorianista, filósofo y lingüista, cuyo sepelio fue ayer en Bolzano-Italia, deja entre sus amigos, conocidos y lectores un legado que va más allá de la mera intelectualidad. Algo que puede resumirse con las palabras del coleccionista de arte y especialista en museografía Iván Cruz: “fue un hombre que compartía sus conocimientos con todos”.