Hasta hace dos días la posibilidad de que haya un acuerdo entre el Gobierno y los médicos parecía imposible. La beligerancia verbal del presidente Rafael Correa y sus advertencias de que no daría marcha atrás ante los pedidos de los galenos en el tema del recientemente aprobado Código Penal hacían imposible pensar que habría un arreglo. Incluso se había dicho en tono de amenaza que estaba listo un plan para traer alrededor de 700 médicos extranjeros.
En el 2011, News of the World de Inglaterra decidió dejar de circular luego de que se le comprobó que había intervenido teléfonos para citar conversaciones privadas. El hecho fue visto en el mundo como un ejemplo de lo que debe ocurrir cuando la prensa viola la privacidad de los ciudadanos. El tema fue escándalo mundial y en Inglaterra se fiscalizó a través de la Leveson Enquiry.
Jamás un artículo de opinión me ha generado un operativo tan grande y agresivo de acoso y de insultos en mi contra como mi nota sobre el satélite Pegaso. Una campaña que, directa o indirectamente, incluyó una amenaza de muerte.
Si el Departamento de Estado de los EE.UU. hubiera faltado a la verdad cuando dijo que yo, junto a dos colegas míos, somos víctimas de una campaña de desprestigio por expresar nuestra opinión, entonces yo me vería obligado a salir a aclarar mi posición.
Son ya cuatro ocasiones en las que Rafael Correa ha dicho en forma pública y utilizando los recursos del Estado que estoy enfermo. Lo hizo el 12 de julio, el 28 de julio y el 1 de septiembre del 2012 y ahora veo que también lo ha hecho el 3 de marzo del 2013. Lo descubrí cuando quise constatar lo que me contaron que había dicho sobre mi en el último enlace.
Las redes sociales probaron durante esta campaña que de hoy en adelante la regulación estatal al ejercicio de las libertades, especialmente a la de expresión, nunca podrá ser como ha sido hasta hoy.
Para muchos puede pasar como una anécdota curiosa. Pero el hecho de que el Canciller y otra alta funcionaria del Gobierno hayan divulgado en redes sociales un artículo de The Economist sin entender lo que decía e infiriendo exactamente lo contrario de lo que decía solo por adular al caudillo, habla mucho del estado del país.
Los únicos dos problemas que tiene el país son los bancos y los banqueros. Para el primer mal el remedio es quitarles las utilidades; para el segundo, reducirles los sueldos; eso sí, tomando como tope límite lo que gana el Comandante porque, finalmente, esa es la única referencia para fijar lo que deben ganar los ciudadanos que están dentro y fuera del Gobierno.
El arresto y posterior traslado desde Colombia de Fernando Balda despierta suspicacias, amén de preocupaciones sobre el respeto al debido proceso.
Ahora resulta que los bancos administrados por el Estado, como en el caso Cofiec, han sido administrados con los mismo vicios de aquellos banqueros que terminaron volando por los aires en la crisis del 1999.
La concentración de poderes, entre ellos el judicial, es una de las características de los entornos políticos que condenan a los países al fracaso y al subdesarrollo.
Dime a quién atacas y te diré si te doy asilo o refugio. ¿Que si tu vida peligra? Primero dime si eres enemigo de mis amigos o de mis enemigos.
El que el presidente de la República vocifere usando una plataforma que es pagada por los contribuyentes, afirmando que el editor de una página digital es un enfermo porque permite deliberadamente que se publiquen insultos en su contra es un problema. Es un problema porque, entre otras cosas, es mentira pero no es, en ningún caso, el mayor de los problemas.
El hecho de que un fiscal como Antonio Gagliardo se haya hecho el ciego para no ver lo que era imposible de ocultar en el caso Chuky Seven, no es sino una evidencia más de que la consulta que convocó Rafael Correa hace más de un año ha sido la más descarada estafa colectiva que el pueblo ecuatoriano ha sufrido desde, quizá, el congelamiento bancario.
La democracia, sobre todo la democracia constitucional, no significa aguantar a cualquier incompetente, a cualquier dictadorzuelo para que acabe su período si no que cumple el mandato para el que fue elegido. De acuerdo a la Constitución y las leyes si no lo hizo así, ese señor tiene que irse a la casa. Para mí, esa es la verdadera democracia constitucional y el verdadero Estado de Derecho: no aguantar cualquier cosa en nombre de supuestas estabilidades, etc., que son mensajes subliminales para que la gente no haga absolutamente nada y se deje abusar por todos los costados como es lo que está sucediendo en estos momentos en nuestro país.
Ecuador y Venezuela tienen muchas cosas en común y otras tantas que los diferencian.
El Ecuador debe ser el país con mayor cantidad de golpistas por metro cuadrado en el mundo y con el mayor índice de impunidad en temas de estabilidad democrática.
El presidente de la Corte Constitucional (CC), Patricio Pazmiño, envió una carta al editor multimedia de EL COMERCIO, Martín Pallares.
El presidente de la Corte Constitucional, Patricio Pazmiño, ha escrito una carta a Martín Pallares, en la que lo descalifica tras haber escrito una columna en la que criticaba la cena que Pazmiño mantuvo con el asesor jurídico de la Presidencia, Alexis Mera, en el restaurante Chez Jerome.
Hay algo que hace de Fernando Cordero un político muy particular: nadie se llena tanto la boca condenando los vicios políticos de la llamada partidocracia y nadie los ejerce con tanta propiedad y entereza como él.