El profesor de literaturas clásicas Coleman Silke decía siempre a sus alumnos nuevos que la literatura de Occidente nació de una pelea. La Ilíada, que relata la ira de Aquiles, no sería otra cosa que “una brutal pelea por una mujer y su joven cuerpo y los placeres de la rapacidad sexual. Para bien o para mal -dice Silke- esta ofensa al derecho fálico, a la dignidad fálica, el poder de un príncipe guerrero inicia la gran literatura imaginativa de Europa”.