Los hinchas abandonaron el Maracaná, el gigante se quedó sin el público que disfruto (y sufrió) del partido de Ecuador y Francia. Al Maracaná le dicen el templo del fútbol por tantas hazañas que han ocurrido en la cancha y en sus graderíos, también es un templo de tristezas para los menos favorecidos por los dioses del fútbol.
Hago una suerte de diario fotográfico de este viaje en bus por Brasil. La mayoría de fotos las envío a la web del periódico y las subo a Instagram. Hay un grupo de fotos que evito mostrarlas para que no sean interpretadas de manera equivocada en Ecuador. Muchos de mis compañeros de viaje han logrado retratarse con las garotas y algunos garotos, como si fueran amigos de toda la vida. No hay ninguna mala intención solo que los lugareños (al menos los que están en los estadios o sitios de concentración) tienen un sentido de hospitalidad con los extranjeros.
Bom día. Queremos ir pra o bairro da Santa Felicidade. Aunque el portugués está un poco atropellado y con una buena dosis de acento ecuatoriano, el taxista acepta con la emoción que debe tener un taxista en su primera carrera del día.