Las relaciones entre inquilinos y propietarios de viviendas están normadas por dos leyes: la de Inquilinato y la Ley Humanitaria. Esta última modifica los procedimientos establecidos en la primera, pero solo durante el tiempo de pandemia.
En un año, el inquilino pagó solo un mes de arriendo. Los dueños le pidieron que se marchara y hasta lo demandaron, pero nada sirvió. El inquilino solo decía que estaba desempleado y así esquivó las dos órdenes de desalojo que llegaron.
Los arriendos, los montos adelantados, garantías, las facturas y las devoluciones de dinero son temas "delicados" en la relación arrendador-inquilino.