La plaza de San Pedro y las zonas aledañas se asemejaban ayer un poco a una obra en construcción, otro poco a un mercado, mientras el Vaticano y Roma se van llenando con la llegada de una verdadera “invasión” de fieles y turistas, en vista de las canonizaciones, mañana, de Juan XXIII y de Juan Pablo II. Toda la zona de la Via della Conciliazione y las callejuelas a dos pasos de la Santa Sede quedaron ayer en el medio de los preparativos en vista de un evento único, tanto sea por la “doble” canonización como por la presencia del papa Francisco y, quizás, también del papa emérito Ratzinger. Nadie sabe a ciencia cierta cuánta gente participará en la ceremonia del domingo: hay quien habla de unos 800 000 peregrinos, quien asegura en cambio que el número de los presentes será un millón. El panorama a lo largo de la jornada mostró a obreros colocando las maxipantallas donde se verán las imágenes del evento, un mar de inmigrantes (sin documentos para la actividad comercial) que venden de todo