El regionalismo y el nacionalismo de cada cual se volvieron paradisíacos, condenables, en cambio, el del otro junto al separatismo. No sé si haya otro movimiento separatista que suscite tanta primera página periodística o esté en todos los noticieros de radio y TV u opiniones como el de Cataluña. Más que razones hay pasión y poca objetividad. En América Latina, salvo excepción, unos hacen suyos los argumentos de Madrid, otros del separatismo catalán, difícil comprender el por qué y lo que está en juego en el conflicto actual.
AP rehúsa el cambio. Se empecina en su pasado y pierde posibilidades de ser un partido que aporta a la democracia y la participación. Hace notorias las manías de los que tienen algo que esconder en lugar de sembrar transparencia política que hace diez años prometió. Entonces, recurre a la manipulación, de ahí la importancia de los medios “públicos”, a la distracción con los asambleístas en los “territorios” o al doble discurso. Lo contrario de lo que un partido renovador debería ser. AP se encierra en la era de Correa.
La mayoría legislativa blinda al Vicepresidente de todo, lo cual ya crea dudas, cuando él debería comparecer formalmente, no como invitado, para explicar su responsabilidad política en los sectores estratégicos.
El nuevo gabinete de Moreno suscitará muchos optimistas y otro tanto de frustrados. Pero en los hechos, imaginar un cambio significativo resulta inapropiado. Gana el continuismo, por el número de funcionarios del pasado que ocupan puestos clave, y porque parte de ellos se convirtieron en promotores, más papistas que el Papa, de lo que el gobierno anterior proponía. ¿Acaso, habrá que esperar una nueva conversión? Lo correístas predominan.
Francia no se reconoce a sí misma en sus debates políticos. Igual que en otras partes, las tendencias se confunden, los contenidos ya no son exclusivos de unos u otros. En el debate presidencial, de 3h30, la candidata de extrema derecha, M. Le Pen, fue radicalmente feminista. Un exministro socialista, E. Macron es ahora la estrella creciente y con posibilidades de pasar a la segunda vuelta con Le Pen. Ha desplazado al candidato de la derecha Filion que ganó las primarias abanderando una pureza ética y de regreso a las instituciones de “base” de la sociedad (familia...) Católico de ritos y misas, reivindicaba una Francia de esas raíces. Rápido salió a luz su nepotismo político, con su esposa e hijos, regalos nada inocentes de empresarios diversos y una vida de lujos que desdecían su discurso. Cayó en las encuestas del primer al tercer lugar.
Para una parte del electorado la decisión es simple entre escoger a Glas o a Moreno, sin embargo para un buen tercio del electorado no lo es. Ello a pesar que más que una opción de planes de largo plazo, crece la idea que un bien supremo actual dar la vuelta a la página de AP. Pero Lasso suscita aprehensión y reticencia para votar por él, aunque varias organizaciones sociales que vivieron la persecución y divisionismo de Correa, anunciaron que es mejor otro gobierno que el actual.
Evitar el marasmo del fraccionamiento y de la inestabilidad debería ser objetivo constante. Mientras unos quieren que derechas, centros e izquierdas se unan, otros defienden las posturas inversas de sus partidos o presidenciables. Pero hay tantas posibilidades de alianzas que puede haber para cada gusto.
Los políticos indígenas (Tibán, Chumpi, Quishpe, ..) están de moda. Promueven alianzas “novedosas”. Chumpi indica que será candidato presidencial en el 2021 y Tibán que debe ser candidata presidencial no vicepresidencial. L. Macas ya fue candidato presidencial y A. Tituaña que quiso serlo fue aliado de Lasso.
Cuando un gobierno multiplica condenas a los que no ven las cosas del mismo modo o revelan hechos que le contradicen, es signo de que se agotan sus ideas.
jleon@elcomercio.org La vida pública se moldea según cómo se ejerce el gobierno. La corrupción, por ejemplo, no es nueva, pero el contexto actual la potencia. La abundancia ayudó a multiplicar puestos, favores y clientelismo (compra de apoyos), lo cual permite el paso al favor personal.
jleon@elcomercio.org Ante la imposibilidad de resolver los conflictos al nivel interno se acude al mundo internacional, a una maraña de normas y entidades, algunas en competición que, a pesar de todo, definen ciertas pautas de gobernanza mundial. La ONU les orquesta pero a sus 70 años es para muchos un enfermo endémico. A su nacimiento, al fin de la Segunda Guerra Mundial, fue la esperanza de sembrar paz y controlar nuestras destructivas pulsiones de guerra. En contrapeso, se debía generalizar los derechos humanos.
jleon@elcomercio.org Es ya común en la política actual, la llegada de nuevas generaciones que desplazan a las anteriores y, en principio, cambian el juego político. También, se reduce la política a un juego mediático, de la imagen de TV, que desplaza ideas y reflexión de fondo por palabras encapsuladas para venta generalizada. El político juega al artista, lo hace más narciso, se convierte en estrella de cine, centrado en sus virtudes, seduce y sabe todo. Es fácil convertirse en el “líder” populista que se asocia a las sociedades del “sur”.
jleon@elcomercio.org El aborto suscita pasiones, pequeñas y grandes mentiras, en particular en los que en el siglo XXI no quieren ver que la sociedad cambia y las condiciones exigen políticas públicas que no necesariamente coinciden con sus creencias.
jleon@elcomercio.org El Gobierno quiso medir fuerzas con los contestatarios y perdió otra vez. La marcha indígena y el paro fueron un éxito. Se sumaron otros actos de protesta como el de las organizaciones políticas de derecha en Guayaquil y otros grupos de agremiados (médicos, jubilados..) o miles de personas y defensores de alguna causa social, en varias ciudades.
Con la folclorización se vuelve estereotipo una expresión cultural o modo de ser y se limita otras expresiones culturales. Se reduce la cultura a ese folclor. Pero los humanos creamos cultura con objetos, maneras de enfrentar los desafíos, de relacionarnos o en tantas expresiones de nuestra vida colectiva, a más de la pintura, literatura, música, etc.
La polarización política en Ecuador da un salto hacia el enfrentamiento. Hay una búsqueda de confrontación, ánimos caldeados, de parte y parte. Ya hubo golpizas y contusos. El Presidente la atiza con sus contramarchas, medir fuerzas e impedir que los oponentes puedan manifestar, privándoles del espacio para eso con su “somos más”. Cuando dejar que la contestación se exprese sería simple y no favorecería la confrontación.
jleon@elcomercio.org El Gobierno ha dado a la oposición de derecha una causa suprema para ganar espacio, en bandeja de plata, con las leyes sobre herencia y plusvalía. La propiedad es el refugio, esperanza y seguridad de todo el mundo, algo sensible para todos. Ahora, el acceso a la propiedad no es de pocos, al contrario.
La baja del precio del petróleo no deja de sorprender con consecuencias interminables.
jleon@elcomercio.org Los hechos llevan a que los viejos, los adultos mayores o de la tercera edad también se apropien de la calle y hagan suya la protesta. Ya es imposible maquillar las medidas gubernamentales de recortes de derechos y recursos. Pero más allá de esto, ya es hora que se forme un movimiento social de la tercera edad. Ya hay elementos de ello, pero siguen siendo puntuales, cuando los “mayores” no dejarán de crecer en número y requiere que la sociedad defina posiciones, acciones, valores y comportamientos concordantes con la condición de este sector social.
Los organizadores iniciales, FUT y Conaie, fueron rebasados en la marcha de protesta del 19 de marzo en Quito y varias ciudades del Ecuador, contra políticas del gobierno. En Quito, por más de dos horas y media, una masa compacta que llenaba las calles y las aceras, marchó bajo la lluvia y el frío.