Medallas, cuadros y trofeos adornan el estudio y corredor de la casa de James Saá, peleador guayaquileño de jiu-jitsu. Sus distinciones lo llenan, pero lo que más disfruta es transmitir sus destrezas a los estudiantes de su escuela.
Hace cuatro años, Sebastián Guevara incursionó en el jiu-jitsu, invitado por su amigo, Juan Carlos López. Llegó por curiosidad a la academia Alliance Puerto Azul (ahora Alliance Alfa), pero no pensó que este deporte se convertiría en parte de su vida.
Jason Lee yace boca abajo en un piso de Rio de Janeiro, su brazo retorcido en una traba dolorosa. Pero este neozelandés de 26 años no puede estar más feliz: cruzó medio planeta exactamente para vivir esta experiencia.