Javier Gavilanes entró tarde en el mundo del arte, hace poco más de una década cuando contaba con 31 años. Antes se dedicó a la albañilería y a la carpintería, pero el polvo de la madera y el penetrante olor de las lacas lo terminaron enfermando. Su más reciente obra, distinguida con el primer premio del Salón de Julio de Guayaquil, conecta con sus antiguos oficios pues tuvo que lijar paredes de las casas de la ciudad y recoger el polvo resultante que utilizó como el color de sus dos pinturas.
Tras cinco menciones de honor en las ediciones anteriores del Salón de Julio, Javier Gavilanes obtuvo la mañana de este jueves 20 de julio del 2017 el primer premio y los USD 10 000 del certamen de pintura del Museo Municipal Guayaquil.