Un campo de cebada de siete hectáreas acogió a cerca de 150 cosechadores oriundos de 16 comunidades indígenas de Chimborazo. Ellos mostraron cómo cantaban antiguamente el Jahuay durante las cosechas y las diferencias en el dialecto y la lírica de las canciones en cada zona.
El sonido de las flautas, de los pingullos y del tambor irrumpieron el silencio en la comunidad de Quilloac, en el cantón Cañar. Como cada año, los indígenas reeditaron el Jahuay cañari que realizaban para las jornadas de cosechas.