La bocina suena fuerte en los campos de cebada de Bishud, en Guamote, y decenas de comuneros guardan silencio. Así se inicia cada año la cosecha de los cereales y el ritual ancestral del Jahuay, un canto de agradecimiento que está en peligro de extinguirse debido a la migración y a la llegada al campo de maquinaria agrícola.