‘Inteligencia’

‘Cuídate del ingenuo con iniciativa”, dice el abuelo al referirse a ese tipo de personajes que perteneciendo a un equipo o institución, por su cuenta y riesgo, sin tomar en cuenta a los compañeros montan algún proceso que termina en desastre. Su motivación original no es causar daño sino simplemente “agradar”, “hacer buena letra” o impresionar al jefe o a algún superior o simplemente complacerse a sí mismo.

A decir de las autoridades del Ministerio de Educación (MinEduc) el resbalón de los últimos días, el producido por el oficio redactado por un asesor pidiendo información confidencial de delicada connotación política sobre rectores y dirigentes estudiantiles, es atribuido a alguien que sin mayor perspectiva de la realidad y con una “descontrolada” iniciativa ocasionó un terremoto en la credibilidad de la autoridad educativa creando más problemas a un barco que en ese mismo momento navegaba en medio de una tormenta generada por un juicio político. Por esto, seguramente, fue echado inmediatamente de sus funciones.

Hay que concederle el beneficio de la duda al MinEduc. En efecto ¿a quién con algún sentido común de la política, por más broca que tenga al MPD y a la UNE se le ocurre pedir una información inconstitucional y realizar “inteligencia” con oficio del Despacho? Ingenuidad o prepotencia, en todo caso los resultados están a la vista: escándalo nacional.

Este análisis relativiza las responsabilidades sobre el hecho de una la Ministra que puede ser cuestionada por unos y aplaudida por otros respecto a su conducción del barco educativo, pero que nadie hasta el momento ha cuestionado su ética. Sin embargo, no le quita culpa de tener ese tipo de colaboradores sin mayores luces políticas, a menos que le impongan.

Por otra parte, este suceso inspira otras preguntas: Así, si el voluntarioso asesor no respondió a un pedido del Despacho, ¿A quién quería agradar, impresionar y entregar su informe?¿Existe una red de espionaje integrada por este tipo de asesores en los ministerios? De haberla ¿De quién depende? ¿Cuál es su propósito? ¿Es esto legal? ¿Los ministros pueden escoger sus asesores? ¿Existe algún poder que coloca asesores sin contar con la voluntad de los ministros? ¿Qué tipo de “cuadros” políticos tiene o le va quedando a Alianza País AP?

La Fiscalía debería responder tales interrogantes. Si no, ¿Quién podrá defendernos? Hay que pedir ayuda al Chapulín o a la Flacso que investiga la política.

Finalmente, el abuelo sugiere que este caso sea materia del Instituto de Altos Estudios Nacionales que forma a los burócratas pelucones y a su vez prerrequisito para el ingreso al Ministerio de la Inteligencia y al novísimo Instituto de la Meritocracia encargado de la “calidad” de los funcionarios públicos. Sobre la escuela de “cuadros” de AP, se abstiene, por si acaso.

Suplementos digitales